miércoles, 22 de junio de 2011

Cuarto aniversario del blog

Cuatro añitos. Cuatro añitos desde que me dio el caprichito de hacerme un cutreblog que no sé por qué sigo manteniendo medianamente. El caso es que podría aprovechar este momento de recreación para soltar un "Muchas gracias por vuestro apoyo todos estos años", pero es que esto ya no lo apoyo ni yo.

Echando la vista atrás, la escasez de entradas en los últimos seis meses (escasez en toda regla) me hace plantearme objetivos de cara al verano ahora que ya tengo el curso a punto de caramelo. Y más ahora que el año que viene a saber dónde puedo acabar, que ya tengo plaza en el máster de la Universidad Complutense de Madrid (a partir de ahora, UCM) a seguir dándole vueltas a mis mexicanitos. A todo esto, ¿para qué usar una egoentrada como ésta? Pues una solución sencilla será la que mencionaba antes, marcarme objetivos: más reseñas de libros, series y puede que hasta videojuegos y partidas de rol, alguna movida de tipo académico, excursiones, noticias de actualidad, ataques de emosidad... A saber. Por lo pronto, podría marcarme esto:

-La entrada pendiente (a sólo dos episodios de acabarla desde hace tres meses) de Star Driver. Puede que si me da, también la de Hourou Musuko. Para un par de series de animación japonesa recientes que merecen la pena...
-Valoración de la carrera: ahora que se me acaba el chollo, cuando tenga el título habré de hacer alguna imbecilidad de este estilo para no recomendar a nadie seguir mis pasos.
-Leerme algunos libros (El crash del 29 de mi amado J.K. Galbraith, El queso y los gusanos de Ginzburg, posiblemente El señor de los anillos o alguna otra novela a la que tenga ganas).
-Valoración de los mangas que ando leyendo por ahora: por qué me anda defraudando Hajime no Ippo, el mono al que me tiene sometido One Piece, la nueva ondanada de shônens que me va a dar por leer, La espada del inmortal, Ashita no Joe, mis impresiones sobre la obra de Inazuma (Shôji Sato) y toda esa morralla.

Vamos, que tengo un veranito para aburrirme y eso que todavía no hay nada dicho académicamente hablando. Tocará seguir esperando como poco un mes más. Por ahora, ahí os dejo. Que os divirtáis.

miércoles, 15 de junio de 2011

Seudoensayo de tendencias historiográficas

Me toca hacer el trabajito más jodido de la carrera (en realidad, el único en que te obligan a usar el coco para algo más que copiar y pegar) y ando con un pequeño cruce de cables que no me permite concentrarme. Será el influjo estelar del eclipse de luna del que podemos gozar hasta dentro de un rato. La cosa es que como no sé por dónde hincarle el diente a una comparativa de análisis discursivos, uno quejándose de la literatura histórica europea del siglo XIX, otro quejándose de la historiografía india del siglo XIX. Cuánto daño han hecho los estructuralistas en general y los postestructuralistas en particular.

En el primero nos topamos con un señor parece ser que falsamente acusado de formarse en las artes del análisis literario (por lo que se lee en Wikipedia, el tipo tiene bagaje formativo en historia) pero que aplica dicho análisis a las obras clásicas de la historiografía y pensamiento y filosofía de la historia en el siglo XIX: Croce, Marx, Ranke, Michelet y Burckhardt entre otros. Lo primero que llama la atención es que el tipo se dedica a aplicar tropología a la forma de contar y pensar la historia de una generación un tanto ya superada (como superadas están sus tesis, según afirma un profesor de la Universidad de la Laguna). Así pues, le niega el estatus científico a una gente que escribía historia... hace 150 años. Uno se puede hacer a la idea de que ya ha llovido desde entonces. Sobre todo con toda esa morralla debatística. Aunque claro, uno se pone a pensar sobre qué se entiende por ciencia y esas movidas y casi que le da por darle la razón a este tipo: se hace a veces un discurso que casi que llega a literario y con bastante poco rigor. Pero claro, en ese caso estamos hablando de un revisionismo árdidamente practicado por tendenciosas tendencias de corte patriota, liberalote y altamente conservaduroide (y de luteranos anchos de huesos). Bueno, el resto también inventamos (si es que a intuir se le puede llamar así). Aunque claro, de eso a decir que nos inventamos las cosas... Más bien yo lo llamaría hacer un guion adaptado de los acontecimientos y procesos históricos. Luego ya cada uno es libre de decir lo que quiera siempre y cuando tenga un cierto rigor para con la confianza que se otorga desde el gremio (más que desde la Academia, vayamos luego a que nos salgan esos diccionarios biográficos tan sugerentes elaborados por los partidarios de la beatificación de Doña Isabel la Católica).

El segundo casi casi que es repetirse un poco: quince años después de la publicación de lo que nos ofrece el sujeto anterior, aparece otro haciendo una revisión postcolonial con una categoría de análisis parecida pero que se centra en deconstruir un poquito más la historia colonial de la India. Sinceramente, le guardo un poco de aprecio ya que me sugirió algunas iniciativas que espero llevar a cabo próximamente en mis pesquisas investigativas (y posiblemente cuando me digne a visitar un archivo, tal y como me recomendó un poco por las malas una catedrática de la Complutense hace unos meses). Aquí entra un poco en la casificación de los textos tanto por su cercanía a los hechos relatados como por el partido que toma quien escribe, lo que le da un valor más interesante de enfoque, especialmente de todas esas nuevas historiografías que nacieron a la estela de la descolonización. Un texto interesante.

Como podréis apreciar, he omitido nombres y demás para evitarme posibles berenjenales. Aunque creo que los aludidos pueden darse como tales. En fin, esto no me ha abierto muchas puertas, así que tendré que ponerme manos a la obra antes de que den las doce y tenga que ponerme a responder felicitaciones a porrillo. Buenas noches y demás.