viernes, 16 de septiembre de 2011

Super 8: recordando los ochenta


Volvemos a la carga con una peli que está pegando muy fuerte desde este verano y que, para variar, me ha dado por ver cuando todo el mundo ya la tendrá más que requetevista: Super 8. El nombre le viene de la camarita esa del año catapún, con la que el joven Spielberg grababa sus primeras frikosidades allá por finales de los años setenta. Paralelamente, en Japón, nacía la franquicia de MS Gundam. Sé que este dato no tenía nada que ver, pero como soy así, lo digo por la puta cara.

Tratando de autoplagiarse (en el peor de los sentidos) o recreando/inspirándose en las películas de los años ochenta en donde los niños tomaban las riendas (o más bien a imitación de esa literatura de "tú eres el protagonista, escoge tu final") se muestra a estos chavales, preadolescentes o ya con sus primeros pelillos asomando, nido de hormonas (como los jodidos críos que tuve detrás en el cine, que no se callaron en todo el metraje a viva voz) como los héroes de situaciones que implican aventuras y ciencia ficción. Sinceramente, me hubiera quedado con lo primero, mucho, pero mucho más. Pero en fin, es lo que hay.

Pueblecito yanqui que a finales de los años setenta está la mar de tranquilo y donde un grupo de críos quiere rodar una peli de zombis. A esto que, mientras ruedan y demás, hay un accidente de tren bastante sospechoso en el que se ve implicado su profesor de biología. En el accidente, queda suelto algo, aparte de una especie de cubitos. A partir de entonces, en el pueblo se suceden extraños sucesos más o menos paranormales (robo de motores, cortes de luz, huida de mascotas...) y desapariciones de personas. A esto que, mientras, el ejército del aire interviene en el pueblo por alguna razón relacionada con el accidente ferroviario. Así, mientras, los niños desarrollan sus relaciones mientras continúan rodando la peli. Y después, cosas pasan: evacuaciones, explosiones y un marciano más feo que el carajo (y el cual, para variar, es inmune a todo tipo de bombardeo).

Se nota la mano de Spielberg para mal y la de J. J. Abrams para peor. Me explico: la peli empieza y sigue muy bien: se nota que ahí recupera ese espíritu de filmes como Encuentros en la tercera fase, ET el extraterrestre y Los Goonies (esta última, sin duda, la mejor de las tres para mí y, como poco, la más carismática). Así vemos cómo tratan de hacer un popurrí con elementos de todas éstas, pero con un resultado que al final queda o muy forzado, o muy abierto, o muy equivocado. Vamos a ver, es entretenida hasta cierto punto en que las cosas ya se empiezan a hacer un poco obvias y la carencia de un epiloguillo (carente, por otro lado, en las anteriores mencionadas a las que pretende homenajear) le restan credibilidad a ese final tan de despachado a la ligera. Esfuércense un poco más en la próxima, por favor.

Vayamos ahora a lo interpretativo. Debido a que este año hice esa asignatura de la cual disfruté tanto (Historia de los Estados Unidos), veo este tipo de películas con otros ojos. Eso sí, vamos a hacer de tripas corazón y acabar un tanto como Capitán Obvio. Lo primero que debo remarcar es la falta de cierto romanticismo social que, por ejemplo, nos infundía Los Goonies. O sea, chavales que buscaban un tesoro pirata para salvar del desahucio a sus familias. Incluso del cariño por los que son diferentes que expresaba ET. Aquí se pierde eso un poco, es directamente un marciano cabrón que quiere irse y por eso se dedica a matar a todo el que pilla hostilmente, menos al prota que le dice que se vaya. En realidad, por tal y como mostraron el desenlace, es una película que, sensu stricto, podría haberse evitado de principio a fin. No sé si me explico, pero bueno, que ya se sabe cómo funciona la magia del cine, de que tiene que pasar siempre algo excepcional. Luego está el factor de que el profesor de biología, un negro (¿un científico negro en un experimento de tan alto secreto a mediados de los sesenta? Lolqué), es quien establece contacto con el ser alienígena. O sea, excluido con foráneo se juntan y se comprenden, tienen cierto compromiso (y más si vemos que Spielberg es judío y que, como Sacha Baron Cohen, ese curioso sujeto que interpretó a caricaturas como Ali G, Borat o Bruno, expresaba en su tesis doctoral, la influencia de los judíos en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos era más que patente). En fin, hay batallas que nunca terminan. Otro aspecto a destacar es el del papel del ejército. Aquí son evidentemente los malos. Son crueles, disciplinados y muy estrictos. Vemos que putean al pueblo para conseguir sus objetivos, como la vida misma. Y luego claro, la culpa de los sucesos raros son los comunistas (pero esto es otro cantar, muy de ambientación en la época). Aun así, mostrándonos un ejército plenipotenciario y cuyo secretismo operativo es su mayor máxima, luego nos muestran la cruz de los mismos con esa terrible incapacidad de que, con todo su potencial y arsenal, no logren acabar con el monstruoso invasor. Muy de Abrams esto también, como ya nos manifestó en Monstruoso (Cloverfield es su título original) (la cual tenia bastante fresca antes de ver esta película), donde se muestra la impotencia y el miedo del "¿y si un bombardeo de un B12 no le hace nada al bicho?". Sinceramente, me hicieron más gracia los marcianos de Tim Burton fumándose cabezas nucelares pero con cabezas explosivas al son de Frank Sinatra o algún ñoño de éstos). En fin, esto es lo que podemos sacar así de primeras. Seguro que si no hubiera tenido una panda de prepúberes chillones detrás, podría haber sacado alguna tontería de este cuño más.

En fin, hasta aquí la entrada de hoy. A ver si hago las maletas, que ya me toca ir empaquetando cosas para cambiar de aires y marcharme de una vez a la capital en pos del nuevo curso académico. Que se dé bien la cosa y todo eso, nos leemos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

El fansubeo: meras observaciones y consideraciones personales.

A raíz de una reciente entrada de koda en la página del fansub yanki gg (mirar al lado, creo que está en la sección de fansubs guiris), me he animado a manifestar una serie de consideraciones que venía macerando respecto a ese mundillo en el que me animé a entrar hace ya más de tres años, el mundo del fansub. En esos tres años da tiempo más que de sobra a aprender bastante, tratar de romper tendencias imperantes y a reflexionar sobre lo que has hecho, cómo lo has hecho y qué es lo que se demanda tanto de parte del propio proceso fansubeador como de las "hordas" de aficionados que transitan los antros en donde les traducen sus dibujos chinos favoritos o de temporada.

Verlo desde dentro es sin duda una experiencia muy distinta a "disfrutarlo" desde fuera. O al menos eso es lo que he venido observando desde mis felices días en que empecé a usar el torrent y descargar estos tan queridos dibujitos por mi parte. Desde entonces, la cantidad de frustraciones, discusiones y debates que no llegaban a ninguna parte por el acérrimo relativismo que se tiene del tema ("es mi fansub y me lo follo como quiero" es una máxima casi sagrada, algo imperturbable y muy maleable que a más de uno hace rasgarse las vestiduras por su trabajo amateur). En un principio pensaba hacer una reseña (bajo mi punto de vista, claro está si no) de diversos fansubs en español catalogados como "de exelente calidad" (sí, los metidos en materia entenderán el porqué de esa expreción). Fuera coñas, serían éstos los que la gente prefiere o considera de mayor calidad (cada uno por sus razones, pero claro, de nuevo se nos presenta ante el leecher medio esa máxima imperturbable del fansubeo). Esto es casi como la política, haces un poco de demagogia y te encandilas a una comunidad de gente a la que le das lo que busca a cambio de unas "gracias de antebrazo".

Valorando un poco más mi experiencia vital (atención: esto es un caso particular, no hay por qué generalizar, pero bueno, ya que me apetece mojarme por fin con esto...), reconozco que fansubear es una decisión terriblemente errónea en mi vida. Vamos a ver, también ha tenido sus cosas que ya nadie me va a quitar, pero por esa misma regla de tres nadie me quita las frustraciones de esos proyectos olvidados o los que se olvidan con el tiempo una vez empezados, el ver cómo los controles de calidad superaban las cincuenta líneas de cambios en un script de alrededor de 300 líneas o las adaptaciones malogradas o los fallos directamente de la interpretación o la traducción. Mucha culpa de ello la tiene mi propia incompetencia, desconocimiento o escasa preocupación por el tema, no vamos a negar lo evidente. Pero aparte de todo esto, que no hace más que mermar las ganas de contribuir al mundillo, aunque des todo lo posible y creas haber hecho un buen trabajo, poniéndole más del tiempo que mucha gente le pone y sobre todo mucha buena voluntad (hay que hacerlo para ofrecerle a gente que ni conoces, en su mayoría hasta seguramente que bastante despreciable), siempre habrá muchas pegas. No ya simplemente pegas, no. Muchas. Quizás sea bueno en pos de la supuesta mejora de calidad del producto. Y es que para ser bueno en esto parece ser que te tienes que ceñir a unos cánones no escritos que como trates de cambiar se te echa todo el mundo tachándote poco menos que de carne de psiquiátrico. Quizás me lo tenga merecido por querer innovar o parecer revolucionario en ciertos aspectos, pero vamos, que también hay cosas que me resultan de difícil comprensión. Será que me quedo corto de entendederas.

En teoría, un buen fansubeo se caracteriza por una traducción lo más acertada posible (del idioma en que se habla en el vídeo, en un nivel tanto a nivel de traducción propiamente dicho como de adaptación, adecuada y suficiente dependiendo de personajes y situaciones/contextos), sobre todo evitando el caer en una cierta literalidad de las estructuras del japonés o inglés (o del idioma del que se traduzca) con respecto al español (cosa que, ciertamente, mucha gente se pasa por el forro sin ningún tipo de pudor y que si se lo recriminas poco menos que te quieren echar a lo leones), una ortografía y una gramática decente (no ya perfecta, simplemente decente y que denote cierto nivel de conocimiento o formación que muchas veces parece no corresponderse con la realidad. Esto parece algo muy difícil, un atentado casi al orgullo del que se ha molestado en quitarle un script a un guiri y pegárselo a su magna obra tras engastarle sus conocimientos variables de los idiomas implicados, a todas y cada una de las que hace), que cuadren los tiempos y la letra de los subtítulos sea legible (otro tema son los carteleos y los karaokes que darían para horas y horas de cruce de insultos y acusaciones), y una calidad de imagen del vídeo que no haga que el ojo se fuerce, algo gratamente visible (aunque creo que tampoco es necesario una suma perfección en el empleo de filtros y demás lavados que se le pega a las fuentes de vídeo para que queden lo mejor posible. Hay quien se centra en que si el vídeo no se ve como a ellos les gustaría, es que es una mierda infecta, etc, a pesar de que en muchos casos dejan ciertamente algo más que desear en sus subtítulos. Y no se cortan un pelo en decirlo abiertamente, eh. Se nota que no nos vemos las caras a diario). En fin, con tener estos campos cumplidos casi que se puede optar por decir que un ejercicio de fansubeo está ya bien hecho. Pues la verdad, esto es muy, pero que muy difícil de conseguir. O eso parece, se puede pensar. Pues la verdad, yo creo que no. Para ser algo que se hace entre colegas que ni se han visto la cara ni una vez (en su mayoría), es bastante exigente si se quiere un resultado aceptable para la comunidad. Y claro, eso suele chocar muchas veces con el ego camuflado en buenas intenciones que se gasta el personal que se dedica a esto.

Ahí hay otro punto álgido. Razones por las que uno se mete a fansubear. En este mundo de hoy es difícil creer que haya filántropos que escondan una lucha contra la SGAE (organizaciones similares también valen) y el capitalismo en forma de subtitular ilegalmente dibujos chinos y darle a través de un seudónimo tu toque personal, alterando la propiedad intelectual de alguien que ha invertido más pasta que para costearse una plataforma online y un servidor dedicado a distribusión (en su mayoría, gratuitos o valiéndose de ofertas puntuales). A partir de aquí, se inicia el conflicto: diferencias entre el personal por cómo ha de predominar un ego sobre otro, de quién hace mejor esa serie que hemos empezado a sacar los dos a la vez, de quién tiene más descargas por sacarlo antes o por hacerlo más mejor... Esto parece el congreso cuando nos ponemos en ese plan. Aun así, no niego que, cuando haces algo que realmente te ha llegado, deseas como poco decirle a algún colega "Eh, mira lo que he hecho. A ver si te gusta". Luego viene el drama: o no se lo ve, o se lo ve de otro, o ya lo ha visto en inglés, o nole gusta. Sin duda es una de las grandes derrotas, el que al comentar tu trabajo (o el fondo de tu trabajo, que al fin y al cabo es para lo que has trabajado, ¿no?) las respuestas sea tan decepcionantes. Lo sé porque me pasa muy a menudo con lo que hago, si no con casi todo lo que he acabado haciendo. Resulta bastante frustrante pensar que le has dedicado dos horas de tu vida a quitarle las faltas de ortografía a un papelote digital para que luego la gente se lo descargue simplemente para guardarlo en un disco duro con altas probabilidades de no ser visto en mucho tiempo. Quizás esto sean los riesgos de dedicarse a esto.

En fin, me he lucido sacando a relucir tantas obviedades. Seguramente, mñas de uno se sienta identificado en algunos de los puntos que he dicho, ya que al fin y al cabo, esto tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lástima que, desde mi experiencia y opinión, crea que esta segunda cuestión sea la predominante. Aun así no he terminado de desanimarme. Sí que veo el panorama desalentador por otra razón: la falta de personal o el bailoteo constante al que es sometida la regularidad de realización de este tipo de cosas. Cuando te falla uno, la cosa se trastoca mucho. De ahí también la necesidad de cierto compromiso. Pero vamos, que a las circunstancias de cada uno no te vas a poner ahí a decir que si plim o plam, vamos, que si hay cosas que no se pueden prever o que pasan sin aviso, pues qué le vamos a hacer. Yo ahora mismo ando demorando un script precisamente porque se me ha muerto la abuela que tenía en el hospital esta mañana y por eso va a estar la cosa apretadilla en los próximos dos días, que además la cosa viene con movidas de serie que a saber lo que pasa gracias a la bendita burocracia. No sé si me habré deshagoado con esto, pero en fin, propongo una conclusión simplista parafraseando a koda, "fansubing is just retarded". Nos leemos en próximas entradas.

Y no, no soy amigo de los malos rollos. Aun así y por lo que pueda parecer, en este mundillo también se topa uno con gente muy maja. Que seguramente no piense lo que yo, o tenga otra forma de decirlo, pero que vamos, que se agradece estar echando el rato con ellos o bien disfrutar de un trabajo en este aspecto que seguramente harán mejor que yo.