Pues nada. He terminado mi primera lectura obligatoria de este año. Y qué mejor manera de celebrarlo que revisándolo aquí para deleite de todos mis ávid@s lector@s. Supongo que leyendo el título sabréis de qué va la cosa, ¿no?
Evidentemente, trata sobre una investigación referida a la evolución del movimiento obrero campesino andaluz, centrado en la faceta anarquista principalmente, durante el Sexenio Democrático, la Restauración, la dictadura de Primo de Rivera y la II República. Una buena etapa de entrada de las ideas de libertad, en un contexto muy propicio para ello. Analiza los acontecimientos históricos, personajes, sucesos destacables, y sobre todo, de la acción reivindicativa llevada a cabo por éstos, en congresos, manifestaciones, huelgas,...
Es una lectura interesante, pero sobre todo muy didáctica. Conocer las putadas a las que eran sometidos los jornaleros destinados al destajo por una miseria de sueldo te hace reconsiderar tu situación actual, a cómo hemos progresado desde entonces. Y pensar que hace escasos 40 años estábamos en una situación tan semejante. Es sorprendente imaginarse el cambio de situación. Supongo que en las zonas más rurales aún se conservarán aspectos de este estilo, pero no creo que con la crudeza con la que se sufría durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. Habiendo leído todas las reivindicaciones que se exigían, y comparando con las que se promulgaban, te obliga a solidarizarte con un sector explotado, y que te hace entender el por qué escogieron estas ideas. Las promesas que esperan cumplirse por el bien de todos, con o sin ayuda de la propiedad, era la meta. La actuación de estos colectivos, durante bastante tiempo ilegalizados, evidencia su situación. Una situación que te hace comprender también el miedo de las clases pudientes, que explotándoles, han obtenido mayoritariamente su odio, pero que también podían aprovechar estas situaciones para someterlos aún más. Y todo por trabajar menos, ganar algo más, y no ser considerados escoria social. Viendo esto, uno se plantea si aún se mantiene la justicia social que estos trabajadores del campo buscaron.
Es un anarquismo distinto al anarquismo urbano que proliferó, por ejemplo, en la Cataluña industrializada del mismo periodo. Son ideales basados en las mismas fuentes, pero con objetivos evidentemente más diferenciados. La búsqueda de la propiedad, de la igualdad, de la libertad, herencia de las tierras comunales que fueron confiscadas durante los distintos episodios amortizadores a lo largo del siglo XIX, y el anhelo del reparto de las tierras son una constante en su camino. Y por ello, buscan la obtención de la tierra, no sólo de forma privada, sino colectiva, de forma comunal, como antaño.
Esto sirve para plantearno si de verdad, el movimiento campesino ha obtenido actualmente alguna de sus reivindicaciones. La máxima de "la tierra de nadie con para el trabajo de todos" se blandía cual arma de doble filo, acongojando a los propietarios y exaltando a los distintos gobiernos, hasta conseguir una reforma agraria, que a duras penas, satisfizo levemente sus exigencias.
Tened presente esto: Andalucía entera aún puede alzarse contra el sistema, simplemente se necesita una chispa. La herencia agraria latifundista que caracteriza el movimiento campesino andaluz aún se encuentra presente, y es un recuerdo muy reciente. Espero que os animéis aunque sea a echarle un ojo, porque realmente merece la pena entender las razones de este movimiento. Sin más dilación, me despido hasta la próxima entrada.
Ficha técnica
MAURICE, J. El anarquismo andaluz. Campsinos y sinsicalistas (1868-1936). Barcelona, Ed. Crítica, 1990.
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