Un día cualquiera

Me aburro. Definitivamente, lo hago. Y como estoy estresado por un texto del profesor de moderna universal, pues me dedico a hacer el fantoche en éste, mi blog, que para eso soy el que mete las entradas. Chuscas a más no poder, pero las meto. Y a quien no le guste, ahí tiene los comentarios para llamarme lo que le salga del orto.

Pues eso. Después de un puente en el que habría sido más divertido estar secuestrado por talibanes durante esos 4 días, empieza otra nueva semana. Y no se me ocurre nada mejor que llevarme la cámara a la facultad. Eso sí, ésa de arriba es la única foto que he echado. No había ganas de más, y a no ser que os apetezca ver un montón de estatuas de imitación girega robadas tras la EXPO del '92 o un pasilllo sin fin, pues nada, os dejo la puerta de atrás. Ahí me podéis ver con la indumentaria de invierno, y aunque pegaba un sol de justicia, hacía un frío del copón.

Por lo demás ha sido un día normalito, pero tiene una ridícula novedad. Sí amig@s: he sido "democráticamente" elegido al dictator modo delegado de mi clase. Bueno, semidelegado, que nuestro valiente Pepe (un simpático jubilado de Almería) es el otro semidelegado (sirve para Lunes y Miércoles, yo soy a semana completa). Y ya tengo mi primer marrón: cambiar de fecha el examen de historia moderna de España antes de que acabe la semana. ¡Aclamaciones populares FTW! Creo que empiezo a entender un poquito mejor a Musolini.

Pues nada, para que veáis que me estreso como persona normal y corriente que soy, os digo que me tengo que poner a intentar leer un texto que llevo tratando de terminar desde el sábado, pero que no hay huevos. Creo que le tengo fobia a las personas con carisma, porque como tenga que dirigirle la palabra al profesor, creo que me voy a desmayar cual fan en celo de los BackStreet boys. Pues nada, arreando que es gerundio.

Prometo volver a hacer incursiones estúpidas de este tipo, porque como ya he dicho, este es mi blog, y pongo lo que me sale de mis benditos cojones.