sábado, 17 de octubre de 2009

Maria Holic: Best Kyun Ever!!


Pues nada, ayer por fin me decanté a rematar la faena con esta frenética serie de SHAFT. Y creo que con frenética me quedo corto. La cosa va de Kanako, una estudiante transferida a un colegio religioso femenino y es una chica bastante alta y de tendencias bolleriles. Hasta ahí, algo típico, salvo porque esta muchacha está completamente salida. Así, al acceder a dicho colegio con ganas de hacerse un harén más que de otra cosa, se topa con una preciosa chica de primero, Maria, acompañada por su doncella, Matsurika. Resulta que la dicha diva es en realidad un chaval travestido con una mala hostia proverbial que empezará a hacerle imposible la vida en el colegio interino a Kanako, siendo compañeras de habitación y provocándole todo tipo de movidas... y urticaria.

Con estas premisas, nos imaginamos una comedia de situación bastante ridícula, pero es entonces cuando le añadimos el factor SHAFT. Esto no sólo significa una cartelería abusiva y una tendencia de los personajes a hablar como ametralladoras (factores que han contribuido a su "infansubeabilidad"), sino ofreciendo un plantel de seiyuus reputados y bastante bonachones, un ritmo y un estilo artístico muy característicos de sus producciones y continuas referencias a otras de sus series; además de ser un absoluto desfase. De ahí que diga que frenético se queda corto. Destacar también muchos de los personajes secundarios, que le dan un toque despiadado y muy cómico a la serie, haciéndola una de las más exageradas de este año en el sentido de que consigue desatar la carcajada (en especial en los últimos episodios) a niveles insospechados. El intento de refinamiento de la estética del yuri clásico de colegios interinos católicos junto con la vulgaridad exótica que se marca SHAFT (aunque con una belleza formal destacable, al menos por norma general en sus series) en una serie ya de por sí escandalosa consigue dar una impresión muy positiva y bastante refrescante al mundo de tópicos de los que abusa ahora mismo el anime, jugando con ellos y transformándolo en vitales comedias de situación que juegan con muchos elementos propios del estudio, en mi opinión, siempre a su favor. Junto a eso, destacar el ED, que ha marcado tendencia con el 8 bit art, además de ser en algunos episodios completamente desternillante.

Pues eso, ya nos veremos en la segunda temporada... que supongo que no tendrá desperdicio, como esta primera mitad. A disfrutarla, que lo merece.

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