martes, 31 de agosto de 2010

Lufia: the Fortress of Darkness

Imagen "tomada prestada" al usuario FFantasy6 de EOL

Pues nada, sigo con las movidas veraniegas. Y esta vez toca una rareza en este blog: los videojuegos (y eso me recuerda la permanentemente eterna reseña de las dos sagas de Black Isle: Baldur's Gate y Icewind Dale, que tantas veces he jugado y acabado y nunca me he propuesto hacer una entrada al respecto). En esta ocasión un RPG clásico de esa maravillosa consola que fue la SNES, Lufia: The Fortress of Darkness.

Un mundo de fantasía medieval está amenazado por cuatro cabrones desalmados llamados los Sinistrals. Así que nuestros héroes de turno, dirigidos por un tal Maxim, les van a dar su merecido. Se la dan (o sea, se la tienes que dar tú) pero al escapar Maxim y su novia la maga se quedan en la isla flotante que cae al océano, pereciendo ambos. Noventa y nueve años después, controlas a un chaval que quiere ser el caballero de una cutre ciudad que descubre que hay un ataque de monstruos en una ciudad vecina, dirigiéndose allá y comenzando su aventura al ver que, precisamente son estos Sinistrals los que andan dando por saco. Pero ¿por qué? Maxim y sus amigos los derrotaron hacía un siglo, pero han vuelto y parecen muy cabreados. Así, la amiga de la infancia de tu protagonista, Lufia, se une a tu búsqueda pateándote un inmenso mundo lleno de encuentros y ciudades, grutas, torres... Progresivamente, se unirán Aguro, el caballero de otra ciudad, y Jerin, una joven semielfa a la que iban a sacrificar a una criatua en un pueblacho por ahí perdido en el mapa.

Es una aventura clásica típica de RPG, entretenida y absorbente, pero con pocos elementos destacables, aun siendo muy entretenido (o más bien, enviciante). Es una cosa absolutamente retro que te abstrae a la infancia, de ahí mis ganas de jugar viendo tanto pixel suelto y los monigotes cabezones con una música en midi y repetitiva de fondo. Aun así, la escasa interacción con el escenario, las pocas opciones de combate y el descontrol de los ataques hacen que el juego desquicie un poco más que de costumbre, aparte de la carencia de un mapa porel que orientarse en un mundo bastante amplio, típico de estos rpgs, que para nada es lineal pues hay que dar bastantes vueltas en las distintas áreas. Aun así, no deja de conservar todo su clasicismo y la estética propia de una época en la que se curraban juegos divertidos, no como ahora, que se hace mucha morralla basada en graficazos pero liquidable en una tarde. Se nota que es de una tradición clásica, ya que jugarlo me ha recordado un taco al Golden Sun de la GBA (aunque sin las psinergías y los djinns, ha perdido un poco sobre todo a la hora de moverse por el escenario) o incluso con elementos finalfantasyeros. Pero vamos, que habiendo cierto mono de un JRPG de la vieja escuela, para nada se desprecia. Al revés, ahora me falta por completar el segundo Lufia, que viene a ser precisamente la aventura de Maxim. Y bueno, mirando por ahí para encontrar imágenes, se me ha antojado jugar (o volver a jugar) un par más de este palo, que están bastante entretenidos, aunque es eso: son de echarles un taco de tiempo.

Lecturas veraniegas II

Como ya hiciera el año pasado, y aun habiendo algo de tiempo para más, me dispongo a realizar un análisis de las diferentes lecturas que he llevado a cabo este verano, tanto libros (monografías de ésas que me gustan sobre todo y alguna novela) como algo de cómic. Omitiré, por razones profesionales, las vinculadas al trabajillo de investigación que ando haciendo, que puede resultar un poco repetitivo, y más viendo que son muchas lecturas temáticas y complejas sobre un tema realmente no muy interesante (y que tienden bastante a visiones clásicas de la historiografía, siendo alguna que otra revulsiva en su época pero no mucho más allá de un corte tradicional referido a la historia política y de los grandes personajes del México colonial del siglo XVIII y su posterior proceso de emancipación en el primer cuarto del siglo XIX.

-La crisis del siglo III: empezamos con la obra del que fuera mi profesor Fernández Ubiña, con un estudio sobre las distintas corrientes historiográficas que se adentraron a investigar e interpretar los fenómenos que dieron lugar al proceso de la crisis del siglo III a través de sus causas, sus hechos y sus consecuencias. Estudio que repasa las vertientes historiográficas, no deja de ser un trabajo erudito en donde se debaten las distintas visiones y análisis de una época, desde las perspectivas más tradicionales hasta estudios de distinta raigambre (desde una óptica liberal a una marxista, junto con estudios del caso hispánico). Realmente, no deja de ser una obra alimentada por su época, a principios de los ochenta, muy en la línea del decadente mundo bipolar, y más conociendo las orientaciones que el autor tiene (cierta ventaja que tiene uno de haber sido su alumno, que no un pupilo o un discípulo, desgraciadamente). Pero eso no quita que sea un estudio muy completo y sobre todo documentado, pues se basa más que en otra cosa en ver cómo han tratado distintos autores a lo largo del tiempo este proceso histórico concreto.

-Análisis de los Estados Unidos: esta apacible obra del filósofo Julián Marías me fue recomendada vía internet. No deja de ser más que una colección de sensaciones que el autor tiene de los estadounidenses, de su idea como nación y de su comportamiento, más como un estudio de sus pensamientos y la ampliación de una obra previa que escribió tiempo atrás. Es, además, un libro de finales de los sesenta, con lo que deja la sensación de conocer más reacciones sobre la época que se avecinaba, en especial tras lo sucedido por la guerra de Vietnam (a la cual recurre, sobre todo a modo de la propia crítica de la sociedad estadounidense, ajeno a cómo se resolverá el conflicto). En definitiva, no deja de ser un poco ver "la cara amable" de la sociedad y la mentalidad estadounidense, cosa que en cierto sentido no ha dejado de resultarme algo atípico, pues normalmente en este tipo de trabajos se suele encontrar una críica bastante más dura a todo lo que en ésta se habla. De ahí su interés y el ofrecimiento de ideas, conceptos e incluso algunos estudios que merecería la pena analizar, tales como la entidad del trabajo, la idea de la "tierra de las oportunidades" y su concepto de pobreza (del cual ya ando pensando en indagar un poquito más), entre otras.

-La revolución historiográfica francesa: en esta obrita del autor inglés Peter Burke nos da un repaso, desde su perspectiva inglesa y su simpático estilo, de la escuela historiográfica francesa por antonomasia del siglo XX: la escuela de Annales. Haciendo un repaso desde sus antecedentes hasta a donde ha llegado en las últimas dos décadas, ofrece una introducción magnífica tanto a la visión historiográfica de esta escuela como a la propia crítica que en su momento suscitó, suscita y se le reprocha a las nuevas modalidades que plantearon sus grandes figuras, tales como Marc Bloch, Lucién Fevbre y Fernand Braudel, entre otros muchos de tercera generación. El estudio de las mentalidades, la geohistoria, la psicohistoria, la historia antropológica y muchas otras introducciones interdisciplinares a raíz del movimiento son analizadas con la característica sorna inglesa del autor, el cual a empezado a caerme simpática cual Carlo Maria Cipolla. Recomendable para tener una idea general de lo que significó esta escuela para la historiografía en general, ameno de leer y muy ilustrativo. Aparte de facilitar una ingente cantidad de estudios y bibliografía en esta línea para leer (y hasta releer).

-La tía Tula: nunca había leído previamente nada de Miguel de Unamuno. Y la verdad, me arrepineto, pues es un personaje de lo más interesante, tanto por su faceta literaria como filosófica, que también plasma en su obra extraensayística. Ligado al regeneracionismo y a la generación del noventa y ocho, de convicciones fuertemente cristianas (también plasmado su pensamiento doctrinal en, por ejemplo, esta obra), al final de su vida se desligó del PSOE para acabar apoyando el levantamiento militar de julio del treinta y seis, que finalmente acabó rechazando (supongo que después de esos coros de "Viva la muerte, abajo la inteligencia"). En fin, dejándome de rollos, la pequeña obra consiste en contarnos la vida de una tal Gertrudis que se dedica a putear a su cuñado, vertiéndonos un curioso estudio sobre castidad y valores de familia bastante exagerados y exasperantes, a través de una perspectiva propia del realismo a que nos tienen acostumbrados los grandes autores peninsulares de esta época. Una lectura interesante más a modo de documento de mentalidades que de otra cosa, reflejándose perfectamente reflexiones del propio autor respecto a temas de matrimonio, influenciados por una fuerte presencia de la religión cristiana católica arraigada en la España profunda.

Y ahora, vamos con un poquito de manga:

-Soul Eater: En general, no deja de ser un shônen típico de aventuras, con mucha pose y personaje estrafalario en un mundo de estética rozando lo timburtonesco. Hasta el capítulo 35-36 no deja de ser el story board del anime de Bones, pero en el que se aprecia la evolución estilística del autor. A destacara algunos de los personajes secundarios (sigo pensando en que Ox-kun merecería un spin off junto con otros tantos personajes de segunda fila en la serie, considerablemente más carismáticos que algunos de los principales) y lo interesante que resulta a partir de donde degenera la animación. Tras casi sesenta capítulos leídos, hay que destacar eso, que consigue lo que se le pide a una serie de este estilo, sin ir mucho más allá. Suficiente.

-Seizon -LiFE-: la combinación de Nobuyuki Fukumoto junto con Kaiji Kawaguchi ya nos dejó en su momento Confession, la historia de la confesión de un asesinato en una situación complicada con atosigantes resultados. En esta ocasión, un hombre al que le diagnostican pocos meses de vida debido a un cáncer de hígado se dedica a investigar antes de palmar la muerte de su hija, encontrada casi quince años después de su asesinato. Historia enternecedora, con un protagonista con voluntad de hierro y con el que te acabas encariñando, aunque al final se estira demasiado la resolución del caso. Aun así, los momentos de tencsión dramática son llevados con la maestría del maestro Fukumoto aderezado con el estilo de Kawaguchi, clásico y elaborado a su manera, bastante adecuado para ayudar a transmitir las sensaciones que el guión ofrece. Recomendable pero a su vez un tanto decepcionante (quizás por el hype previo que ofrecen estos dos grandes del manga).

-Onani Master Kurosawa: una especie de doujin extraño en donde nos encontramos con una especie de Lelouch pajero con ínfulas de Light Yagami que se dedica a putear, por orden de la mosquita muerta de su clase, a las compañeras de su clase que le chinchan por el efectivo método de eyacular sobre sus cosas. A priori no deja de ser algo retorcido y que puede provoacar hasta risa, pero poco a poco se va moderando hasta hacerse una agridulce comedieta de situación y amor estudiantil, con un kilo de referencias al anime de moda de estos últimos años. Al final la cosa acaba retorciéndose demasiado por "la vertiente buena" de los acontecimientos y... psé.

Para finalizar, diré que reservo para tiempos mejores y cuando lo acabe una buena reseña de El Señor de los Anillos, al cual también le he metido un buen pellizco este veranito. También me dejo para después las reseñita de la preciosa Yokohama Kaidashi Kikou en la sección de manga. Y bueno, ya nos leeremos en próximas reseñas de diversas actividades veraniegas.

lunes, 30 de agosto de 2010

Resumen de vacaciones y cuentas pendientes

Hola a tod@s. Ya estoy de vuelta de ese exilio semiforzado en mitad de la Sierra de Gredos. Volvemos con ganas de más, con una necesidad imperiosa de contar algo si algo hubiera ocurrido. Estas vacaciones digamos que han sido atípicas, con un constante ir y venir de esfuerzos para conseguir avanzar un poco en cuanto a un trabajillo que ya tengo por ahí quemándome las espaldas.

En general, éste ha sido un veranito movido y productivo, pero sólo intelectualmente hablando. Muchas lecturas de esto y aquello, información sobre la independencia mexicana y mucho tiempo libre. Así que a vista de cómo han ido las cosas, para esta semana me he planteado dejar algunas entradillas referentes a algunas de las cosas que he estado haciendo estos últimos meses:

-Reseña pendiente de la temporada veraniega de anime (en plan slowpoke total).
-Comentario de alguas de las lecturas, las más "interesantes", que he hecho (tanto de libros como de cómic).
-Nuevo capítulo de "Awesome mangakas", esta vez, Satoshi Mizukami.
-Reseña de Lufia: the Fortress of Darkness.
-Reseña de Yokohama Kaidashi Kikou.

En fin, ya con eso tengo para una temporada. A ver si no se me escurren todas las ideas que pretendo transmitir... En fin, nos leemos y espero cumplir las esperanzas de al menos los tres o cuatro lectores habituales que espero me queden (y todos aquellos ocasionales).

sábado, 7 de agosto de 2010

Honey & Clover: lo dulce y lo amargo


Hace cosa de un año me dio por seguir una de esas muchas series que tenía aparcadas en el capítulo uno para ver de lo que iban. Y hasta ahora, a las seis de la mañana más o menos, que no la he completado. Aquí hablo de una de las series fuertes de JC Staff, de cómo consiguen crear en este tipo de series una fabulosa ambientación. Basado en el manga homónimo de Chika Umino, Honey & Clover nos narra las vicisitudes de unos jóvenes estudiantes de una escuela de arte y sus relaciones. Hasta que un día se cruza en sus vidas la pequeña Hagu, sobrina del profesor Hanamoto, de la que rápidamente se quedan maravillados por sus ostentosas cualidades creativas... y en otros casos, por algo más que eso. Así, empezamos a ver, en principio como una comedia romántica al uso, bastante buena además, la relación amistosa de estos personajes hasta que sucede lo previsible: la ruptura. A partir de ahí, la serie da un giro dramático impresionante (equivalente a la segunda temporada) con el final de la vida estudiantil de los protagonistas: Mayama, Takemoto, Morita y Ayu. Progresivamente van acabndo la carrera y las circunstancias les obligan a cada uno ir por su lado hasta llegar a despedirse.

Esta serie es sin duda una obra que llega. Los personajes se hacen en principio entrañables para luego toparte con sus crudas realidades, enfrentándose a sus sentimientos y a las decisiones de los demás, teniendo que aceptar muchas condiciones dolorosas a su paso. Es un giro brusco de la simpática serie que empieza siendo, una comedia de situación en la que hay varios enlaces de algo más que amistad entre un grupo de habituales del despacho de un profesor de una escuela de arte reputada. Así, poco a poco van evolucionando, unos personajes más que otros, hasta darse cuenta de lo que quieresn, lo que buescan y si pueden o deben encontrarlo.

El labrarse el destino a base del esfuerzo o del talento es un enfrentamiento también fuertemente presente, pero que no ha de dirigir a sus caminantes hacia la felicidad. Es más, puede resultar un escollo para lograr llegar a ella. Los objetivos a corto plazo se interponen a los de largo plazo y bien esto puede resultar un problema, no siempre, pero en este caso puede llegar a ser la pérdida de los mismos. Así, las situaciones se entrecruzan y el problema de uno acaba siendo el de todos. Hay una fuerte empatía entre todos los personajes principales que les brinda sin duda un aura especial de familiaridad y amistad, que poco a poco se va desguazando conforme cada uno toma las decisiones que cree correctas, debilitándolo pero nunca acabando del todo con ello. Así, a través de crear también fuertes empatías con el espectador, logra transmitir de una manera muy fuerte todas las sensaciones de este grupo de amigos venido a veces a menos y a veces a más. Y sin duda eso es lo que la hace una serie admirable, preciosa y muy entrañable.

En mi caso, he tenido mayor empatía por Takemoto. Me gustan este tipo de personajes para Hiroshi Kamiya (también me pasó con Natsume de Natsume Yuujinchou), más que los protagonistas shaftianos u otros roles que le he visto. Es sin duda un personaje con el que, en cierto sentido, más he compadecido y más he admirado, quizás porque sea el que más fuertemente muestra a lo largo de la serie su evolución, siendo un camino tortuoso hacia su corazón, un viaje que prácticamente empieza y acaba en él. A pesar de todo, no hay que menospreciar a los demás personajes, los cuales influyen poderosamente en esta evolución, tal y como Takemoto también influye sobre ellos, sus decisiones y sus objetivos.

En definitiva, es una serie completa y muy bien llevada, con un plantel de seiyuus masculinos (aparte de Kamiya, Sugita Tomokazu y Keiji Fujiwara, por poner un ejemplo, a los cuales no he vuelto a ver juntos hasta Arakawa under the Bridge, que no es lo mismo para nada) magnífico, una música embriagadora y una animación deliciosa que mantiene el tono apastelado de la autora del manga. Una delicia que casi debería ser vista por todo aficionado al género, pues sin duda es una de las pocas maravillas que nos está dejando esta década.

Y bueno, por lo que a mí respecta, aquí me despido una temporada más bien larga, en la que espero no aburrirme mucho (lo dudo con todo el percalazo que llevo de equipaje de estudio) para traer más historias que contar, a la vuelta del pueblo. Buenas vacaciones a quien las tenga, y al que no, paciencia que ya llegarán tarde o temprano. Nos leemos.

viernes, 6 de agosto de 2010

Toy Story 3: Pixar es para niños mayores


Hacía la tira de tiempo que no me daba por irme al cine solo. Es más, hace más de dos años. Y es que si no hago esto, no veo las películas que quiero ver, porque ya me ha pasado en más de una ocasión. Así que aproveché el día del espectador y la sesión cada dos horas del cine Madrigal (al cual hacía eones que no iba, posiblemente desde los quince o dieciséis años. Creo que la última película que vi allí fue Isi Disi, así que echando cuentas. Aparte de conservar buenos recuerdos de otras muchas películas que fui a ver de canijo, como Jurassic Park 2, Antz o las dos primeras de Shrek, entre otras que ahora mismo no recuerdo) por tres eurillos el día del espectador. Y pensando que no habría ni perry, resulta que muchas familias se trajeron a los chavales a ver la película, pero como todas las de Disney (al fin y al cabo, es lo que es).

Teniendo el hype de todo tipo de comentarios, sin haber visto la segunda (sólo a cachos sueltos), con tan buenas, no, magníficas sensaciones que me dejó Wall-E (y todavía no he visto Up... merezco un castigo ejemplar) y con el lejano recuerdo de la primera, pues me dispuse a verla. Y la verdad es que a cada película se nota la mejora. Empezando con uno de los excelentísimos cortos a los cuales Pixar nos tiene acostumbrados (en esta ocasión, titulado Día y Noche), hacía boca muy bien.

Empezada la película, cabía esperar lo que me encontré, una consecución de desencuentros que acbaría por dejar en una guardería a los juguetes protagonistas. A partir de ahí, sensaciones de nostalgia combinadas con el humor característico marca de la casa. Se desarrollan los acontecimientos y una mayor explosión de sensaciones que van degenerando hasta una agonía que difícilmente los críos que ven ex novo estas películas pudieran comprender. Sin duda, está destinado a niños mayores, a gente que lleva más de diez años esperando a ver la continuación de una saga a la cual se le tiene un inmenso cariño. Yo no recuerdo cuándo estrenaron la primera, pero sí que fui a verla al cine en familia siendo un pequeñajo de unos siete u ocho años, no más. Y claro, ver años después las situaciones en que se encontraban los entrañables personajillos en la recta final de la película es un atentado contra los sentimientos de esas generación que crecimos acompañados por ellos. De ahí quizás su genialidad a la hora de orientarse hacia un público crecidito y que ha padecido lo mismo que se muestra en la película: que crecemos y vamos desplazando a nuestros antiguos compañeros de juego, nos vamos de casa y abandonamos las costumbres que antaño teníamos para dar paso a otro mundo, el de la madurez.

En este bonito relato vemos cómo se echa de menos lo propio, es más bien una sucesión de despedidas y de empezar de nuevo, ya sea en un ámbito distinto para dedicarte a tu trabajo. Al menos ése es el rol que desempeñan los juguetes protagonistas, contado muy bien, con una excepcional animación 3D (a la que el estudio nos tiene ya malacostumbrados) y un lujazo a disfrutar como un crío. Una película más para nostálgicos y que se dedica, sin duda a todos los que en su momento vimos (y sin duda disfrutamos) la primera película hace ya tanto tiempo, para emocionarnos y de nuevo ganarnos.

domingo, 1 de agosto de 2010

La realidad histórica del crimen (26/7-30/7 2010)

Como ya apunté anteriormente, esta semana he estado acudiendo a un ciclo de conferencias organizado por el Centro Mediterráneo de la UGR en realción a la celebración de la I semana internacional del crimen de Granada. Una amiga me avisó de su realización y a su vez incité a otros compañeros de fatigas a acudir al mismo, aunque fuera por hacer algo en los tranquilos meses estivales. Organizado por César Girón, Gregorio Morales y Melchor Saiz-Pardo; este ciclo consistió en dar una nueva visión del crimen a través de distintas perspectivas, más científicas y empíricas que otra cosa, biológicas, históricas, literarias, periodísticas y judiciales a través de ejemplos nacionales. Con considerables añadidos para retorcer las ideas de la gente además.

Hubo una serie de ponencias considerablemente interesantes entrelazadas con otras que, por una causa y otra, dejaron una impresión de miel en los labios. El primer día se inició con las ponencias de la sección "El hombre y el crimen", consistente en demostrar, a traves de las investigaciones médico forenses, genéticas y de comportamientos sociológicos el origen y la relación del crimen en la mente humana. El día siguiente, en la sección "El crimen en la historia", vimos determinados casos históricos de crímenes sucedidos en diversos ámbistos (religiosos, de Estado y por diferencias sociales). El tercer día, "Crimen y literatura", consiste en ver la perspectiva literaia del crimen y el desarrollo del género criminlístico, la novela negra, a través de distintos autores invitados. El cuarto día fue más orientado a algunos crímenes ocurridos en España, casos característicos o de gran trascendencia y renombre: verdugos, la muerte de Prim y el crimen de Don Benito, en la sección "Crimen en la realidad española". El último día, el denominado "Día del crimen", se invitó a un integrante de Homicidios de la Guardia Civil a contarnos un caso que resolvió, y al director de Ideal Granada para hablar sobre la repercusión del crimen en el ámbito periodístico y cómo se ha visto influida la opinión pública por ello, a través de la exposición e investigación de la prensa.

El curso ha resultado bastante curioso y ha tenido muchos aspectos interesantes, que me han hecho ampliar o afianzar conocimientos al respecto de temas de mi ámbito de interés a la par que aprendía muchas cosas nuevas y muy interesantes, a la par que abrirme a nuevas perspectivas con las que puedo llegar a estar más o menos de acuerdo en general. Así que ha sido una semana interesante para desconectar un poco de la labor investigadora que estoy empezando a desarrollar. Pero el paréntesis se acabó y toca volver a la rutina hasta el corte vacacional y el exlio veraniego de todos los años.