domingo, 24 de octubre de 2010

One Piece 10th Movie: Strong World


Pues anoche me dio por fin por echarle un ojo a esa tan alabada película de uno de mis shônen favorito y que llevo siguiendo desde hace siete años: One Piece. Reconozco que debo de llevar como casi cuatro años sin haber visto algo animado de esta serie, y menos tan reciente y tras haber dejado tan adelantado (lo máximo que me ha dejado la edición española de Planeta) el manga.

Del sector comercialoide de Toei (o sea, no debía esperarme algo al estilo de Mamoru Hoshoda en las películas de Digimon y Superflat Monogram o de Kenji Nakamura en Mononoke o Trapeze), esta película acaba dejándonos una animación bastante normalita para haber sido tamaña "superproducción", de casi dos horas, que nos deja una aventura de relleno de los entrañables personajes creados por Eiichiro Oda. El pirata Shiki, conocido como el León Dorado (un superviviente de la época de Gold Roger) se ha dedicado los últimos veinte años a experimentar en sus islas flotantes con animales. Topándose con la banda del sombrero de paja en mitad de una tormenta que le fue advertida por Nami, decide secuestrarla para que pase a formar parte de su tripulación, desencadenando la correspondiente reacción de rescate de sus colegas/nakamas, con lo típico en el desarrollo de la serie.

En definitiva, una película currada en algunos aspectos (sobre todo en algunas escenas en 3D, pero se gasta bastante QUALITY), con guión original de Oda (bastante random, pero es que el shônen no da para más) y... Bueno, si eres fan de la serie la aguantas bastante bien. A modo de curiosidades ya, no recordaba que Zoro compartía seiyuu con Hijikata (el de Gintama) o por ejemplo, me ha resultado bastante acertado oír a Franky con la misma voz de Dark Schneider o Judeau Ashta (le pega, es voz de macarrón). Y muy simpática la de Brook. La verdad es que lo que más se disfruta sin duda de esta película es el despliegue de bichos y personajes tan característicos del autor. Según reconoce, le encanta dibujar animales, y en esta película no fue una excepción, dándoles además un papel destacado y predominante a unas criaturas que, con cierto precedente (o al menos yo lo veo así) en Akira Toriyama, fomentan la definición del estilo de este mangaka. Aparte, su manera de crear antagonistas tan curiosos y divertidos lo hace sin duda absolutamente genial (Bon Clay... ;__;). En fin, al menos desde mi percepción. Y es que para mí, éste es sin duda el discípulo aventajado de Nobuhiro Watsuki. La verdad es que me resultaría curioso que, viendo su estilo, todavía Masaaki Yuasa no haya confiado en él para el diseño de personajes de alguna de sus creaciones. En fin, reconozco que me gustaría verlo, pero creo que sería bastante irracional.

Ah, y que no se me olvide: además de la peli, hay también una especie de spin off de la misma en la que te cuenta la relación de Shiki con Gold Roger y cómo llegó a donde está. Tampoco está mal, es más completista, pero aporta alguna cosa al universo de la serie. Así que, con esto y un bizcocho, hasta la próxima reseña de algo. ¡Nos leemos!

martes, 19 de octubre de 2010

Anime Fall 2010


Bueno, pues ya, tras tres semanas de emisión, tocaba ir dando las primeras impresiones de otra nueva temporada de sidosas series japonesas que adoran esos gordos malolientes treintañeros casados con una almohada enfundada en su personaje femenino favorito. Y cuatro inadaptados a la realidad global de por aquí. Pero en fin, es divertido perder el tiempo a principio de curso, y como cada año y tras sudar olímpicamente de la entrada referida a la temporada de verano (en la que tampoco nos perdimos nada destacable), pues repasemos lo que va de ésta:

Star Driver: ¡Bones plagiando Code Geass! ¡El mundo se ha vuelto loco! La cosa esta va de un chaval que llega a una isla llena de pavisosas salidorras que llevan una megaorganización de la muerte oculta tras la fachada de un instituto cuyos uniformes llevan corbatas que parecen pollas. Y nuestro prota es un GINGA BISHÔNEN (o como han traducido los de IS, un "guaperas galáctico") que se dedica a frustrar los planes de sus malvados compañeros de instituto combatiendo con mechas flaman sacados de un carnaval veneciano del siglo XVIII, con muchos arco iris y muchas mariconadas superfashion. Si no fuera porque es de Bones, habría pasado de ella. Eso sí, la peleílla de robots del capítulo tres con estética a lo Imaishi ha molado. Aunque personalmente, Heroman me estaba gustando más.

Iron Man: otra adaptación de un clásico de Marvel. Esta vez, Madhouse mete mano con una animación decentilla pero con demasiado 3D y una trama bastante pava (y unos diseños de personaje bastante repelentes). Lo más destacable es que Tony Stark está doblado por Keiji Fujiwara (yay!). Por lo demás, shitsuxhard.

Panty & Stocking with Garterbelt: Gainax se ha superado a sí mismo imitando el estudio cartoonnetworkesco de Genndy Tartakovsky (creador de, entre otros, El laboraorio de Dexter y Samurai Jack). La cosa va de dos angelotes, una pija muy puta y una gothlolita aficionada a los dulces que se dedican a combatir a fantasmas. Tienen sus rifirrafes internos, pasan muchas cosas escatológicas y LOLGAINAX. En el fondo mola, pero hay que darle una oportunidad y ser algo de tard de este estudio de animación (del que por cierto, van combinándose sus distintos staffs paracada minicapítulo de la serie, con eróticos resultados).

Kuragehime: curioso josei ha cogido esta vez el estudio Brain's Base para adaptar. Una friki de las medusas que vive con una panda de solteronas nerds de las cosas más rancias (una de las muñecas de porcelana japonesas, otra de los trenes, otra de los hombres mayores, y otra del Romance de los Tres Reinos). El caso es que por vicisitudes de la vida acaba colando en ese recinto de pureza y castidad (las tías además padecen una misoginia importante, por no decir directamente sociopatía) a un travelo. Ahí se acaba el capítulo uno y ED de Sambomaster (¡dato muy importante!). Tocará ver qué pasa a continuación, más que nada por idolatría hacia este estudio.

Bakuman: Takeshi Obata a los lápices y Tsutsumi Ohgi al guión, ambos a la carga de nuevo. Esta vez, una historia de amor de fondo en una serie sobre "cómo hacer un manga y publicarlo en el mundo editorial". La verdad es que pinta estupenda, pasando un poco de la tirria que le acabé pillando a la anterior colaboración de estos autores (Dessu Notto). A pesar de que pierde algo de factor reactionface con respecto al manga por lo que se ve, está bastante bien, aunque se nota que JC Staff lleva otras tres series esta temporada. A modo de información adicional, Norma empezará a publicar el manga este Salón de Barcelona. Compra bastante recomendada, desde luego, si esta adaptación es fiel.

Togainu no Chi: una mariconada monumental de bishônens que se pelean en una ciudad devastada. Botada al primer capítulo por náuseas provocadas a altas horas de la madrugada. Y a Sugita Tomokazu no se le deberían dejar papeles tan sumamente homosexuales.

Soredemo Machi wa Mawatteiru: Shaft desilusionando... ¡¿Cómo es esto posible?! De base, cogemos una serie sin gracia, la hacemos en plan "no tenemos un duro" y encima... Chiaki Omigawa de seiyuu protagonista. Bastante "pfffff" (a pesar del OP de Maaya Sakamoto, lo mejor sin duda en estos dos primeros capítulos... pero "Ukiuki~!").

Shinryaku! Ika Musume: la invasión de la niña calamar... ಠ_ಠ Lo que no haga moe Japón... Bastante repelente a primera vista, y supongo que a segunda, y a tercera... Vamos, que es como Working!! pero con menos gracia aún. Serie demasiado veraniega además para esta época en que empieza el curso y nos recuerda que tenemos que empezar a ir a clase. No thnx.

Arakawa under the Bridge x Bridge: pura esencia Shaft, con serie rara y rancia de base, escenas ralentizadas y muy estáticas, referencias a porrillo... Vamos, todo lo que no han puesto en Soredemo (de la cual podrían haber hecho como otra Natsu no Arashi!, pero no han querido por ahora). Y lo más importante: repertorio de doblaje COJONUDO (así, con mayúscula). Aunque siguiendo la línea de la primera, un tanto cargante (se repite ya mucho Hiroshi Kamiya).

The World God Only Knows: un viciado a los juegos de citas hace un pacto con un demonio para erradicar espíritus prófugos de chavalas ligándoselas para darles un beso y librarles del pérfido espíritu. De base, parece una tontería, ahora, la serie está requetemaja. Buen trabajo de Manglobe, que le ha dado un toque de calidad bastante decente. Además, versión de AU disponible.

Otome Youkai Zakuro: reconozco que, desde que me enamoré de Natsume Yuujinchou, este asunto de los espíritus japoneses me gusta mucho. Y si lo ambientas en pleno final del diecinueve japo, pues mejor. Serie recreacionista de folklore tradicional enfrentado a la incipiente occidentalización a modo de shojazo de JC Staff. Vamos, que me lo trago sí o sí.

Yosuga no Sora: harem random que en principio no llama la atención pero HOLY SHIT QUÉ TETACAS SE GASTA ESA TÍA. Para las noches solitarias. Ah, y OP de eufonius (como dice LoTuS, efecto ALI Project con este grupo también).

To Aru Majutsu no Index II: qué decir. La primera molaba un taco, y después de ese aborto que fue To Aru Kagaku no Railgun, la verdad es que se agradece bastante volver a ver a Touma como personaje protagonista en acción. A ver qué sucede.

Mi hermana pequeña no puede ser así de mona: vale, reconozco que el título tira para atrás mucho. Muchísimo. Es más, es hasta ranciamente depravado. Pero por ahora la serie se gasta una animación cojonuda y la trama es hasta simpática. Típica niña diez, que es la hostia en el cole y en los deportes, es preciosa y además trabaja como modelo. Pero tiene un oscuro secreto que su hermano pasota descubre... y es que le gusta el anime de mahou shojo y los eroges. En fin, no quiere que nadie se entere y su hermanito tiene que guardarle el secreto y ayudarle a hacer amigas frikonas. Está muy, pero que muy simpática. AU e IS parece que la van a sacar en colaboración (por lo que leí en el blog de mrm).

MM!: creo que esta serie la he visto la temporada pasada, y la anterior, y en todas las temporadas desde hace algunos años. Es más, en algunos años hasta la he visto por duplicado o hasta por triplicado. Jun Fukuyama es un chaval de instituto sadomaso que se encuentra con una enana chillona y una tetotona androfóbica que pega leches. Señores guionistas (sobre todo ustedes, los de Xebec) cómprense un poco de originalidad, por favor. Vuelvan a hacernos una como Fafner, por piedad.

Fortune Arterial: otra adaptación de eroge, con vampiros parece ser, que cumple incluso más canónicamente los preceptos de eroge típico, rozando el canon de lo random. Casi que pasando directamente.

Super Robot Wars: the Original Generation - The Inspector: basado en un juego de peleas entre robots gigantes con tías tetonas y chillones muy masculinos gritando como cabrones dentro de ellos, hasta que lol cosas pasan. A ver en qué degeneran los siguientes, que pinta... no lo sé, pero no creo que sea agradable. Also, JAM Project en el OP :3~~

En definitiva: no esperéis nada por parte de los divertidos porque seguimos necesitando encoders (¿quién se apunta?), IS sacará si no la mitad, más de la mitad y merece la pena ver las releases de gg nada más por leer los comentarios que suelen de jar de título en los chapters. Nothing more to say. Nos leemos.

martes, 5 de octubre de 2010

K-ON!!: ¿moeblob o una esmerada visión de la realidad cotidiana estudiantil?

Hala, por toda la puta cara.

Hace unos años salí del instituto medianamente (que no mediocremente) formado para enfrentarme a la realidad cotidiana de la universidad. Era un bastísimo mundo del cual el salto cualitativo me pilló desprevenido y aún ando remendando errores del primer año sin mucho éxito por razones varias, desde mi propia inoperancia e incompetencia hasta escollos de lo más variados que se cruzan en mi camino o bien me cruzan los cables para indagar en la acción de los dos primeros factores mencionados. Por esa misma regla de tres sigo viendo anime, aun a riesgo de que cada temporada sigo más series que empiezo y dejo estancadas y ahí andan ocupando disco duro, asumiendo el importante coste de opotunidad se genera en el mismo.

Digamos que esto que acabamos de ver, de manera convergente, da resultado de una serie animada adaptada de un yonkoma en una revista japonesa cualquiera que va de unas niñas de instituto pijo femenino que están en el club de música ligera (en japo, "keion"). La serie no va de nada, simplemente, cosas pasan. En su momento, me quejé fervientemente cual paladín de una causa "objetiva y verdadera" de la horripilidad de la primera parte de esta serie (que en cierto sentido, sigue pareciéndome repulsiva, y más aún tras ver la segunda temporada, pero por razones absolutamente distintas a las que se pueden llegar a imaginar en estge punto). Si bien es cierto que el seudobucle de dos arcos de seis capítulos de la primera temporada no ofreció nada nuevo ni agradable, Kyoto Animation han vuelto a demostrar que son unos verdaderos trolls en el mundillo. Ni Hideki Anno ni Kentaro Miura ni hostias en vinagre: estas crías, y las crías en sí.

Me explico: la serie es un evidente, pero evidentísimo reflejo de la despreocupación humana del ciudadano medio en su época formativa. Nos muestra un claro ejemplo de aburguesamiento explícito: niñas que van a un colegio pijo y que se dedican a perder el tiempo vegetando y macerando situaciones cotidianas estúpidas que cualquier mortal hace cuando comparte un rato con sus amigos. Y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Bien es cierto que no vamos a ponernos a decir que tenga un mensaje de ayuda a los necesitados o de apoyo a causas contra el cambio climático o las injusticias del mundo; pero es que más bien refleja una vertiente contraria que incita a la despreocupación, a la buena vida y a tomarse las cosas con una filosofía bastante pasota ante la situación coyuntural actual. En fin, alarmismos aparte, esto no viene más que a ser una reafirmación del sistema no a partir de un estabilishment, sino más bien un elemento de ocio dirigido a un público concreto que disfrute y se despreocupe durante veinte minutos semanales de lo solitaria y triste que es su vida.

Pasamos página. Bien, no es una obra a la que se pueda sacar un verdadero sentido existencialista como podamos encontrar en alguna de las obras de Osamu Tezuka, pero lo que sí que genera es, al menos en mí, una sensación de nostalgia que me corroe. Y eso ya sí que nos vamos a enfocar en un aspecto concreto: y es la vida de estudiante de instituto. Ya me jacté en ToraDora! de ello en su lado más crudo, pero es que aquí te venden el contrario de una manera más evidente. Y eso me ha tocado. Es más, me ha afectado de una manera distinta a como me afectó con la anterior.

Uno echa la vista atrás y se ve aún siendo un pardillo con ansias de conocimiento práctico, expectante a aprender o entender la realidad desde una perspectiva materialista, fundada en los conceptos que hoy cuestiono tanto de "bondad", "justicia" o "lo adecuado". En fin, era un pobre infeliz que no se esperaría todos esos batacazos teóricos que ahora corroen mi mente cada vez que voy a jiñar. Precisamente el ver cómo me juntaba en los recreos con los más variados personajes de mi instituto, disfrutaba de su compañía y hacía todas esas cosas, a la gente que antes veías todos los días y que ahora seguramente ni recuerde sus apellidos... (sus nombres en mayoría sí, mi mala memoria es mala memoria relativa). En fin, es lo que me ha transimitido en su recta final esta serie: un recuerdo algo lejano ya de buen humor, esperanza en el futuro, incredulidad e inocencia... Algo que todos antes de meternos en la cruda realidad experimentamos en el día a día en comunidad, con un compadrazgo total (al menos en mi caso) y una serie de inquietudes ante los nuevos retos que se presentan, tanto a diario como a la larga.

Me doy cuenta de que ya he empezado el último año de la carrera de Historia y ando más perdido que un bastardo en el día del padre. Las alternativos de futuro se van limitando mientras el paso del tiempo, inflexible e indomable, continúa avanzando a su ritmo, ni lento ni rápido, sin prisa pero sin pausa. Barajadas todas las opciones, uno echa la vista atrás y se plantea si tomó la decisión correcta, echando de menos esos días agradables y joviales. Además, el madurar como persona, experimentar otras sensaciones y deslizarte por nuevos ámbitos epistemológicos te hace desarrollar unas facultades que antes no tenías que te hacen darte cuenta de algo que bien puedes echar de menos o bien simplemente puedes ensalzar como "aquellos gloriosos días pasados", cuando puede que en realidad no lo fueran tanto.

Esa manera de forzar los sentimientos y de sacarlos a relucir y transmitir esas sensaciones que habías olvidado pero que afloran de nuevo es lo que, al menos en su última mitad, me ha transmitido esta serie. Ver cómo se desarrolla un año académico en 26 capítulos da para mucho más que dos en 14 (y 15 si contamos el OVA). Esa manera retorcida de hacerte recordar las sensaciones que tenías al graduarte (en mi caso, "gloriosamente") en el instituto es algo que no podré dejar de agradecer a estas niñas, a las que en principio detestaba y al final te acaban cayendo simpáticas, compartiendo sensaciones que ya compartí hace tiempo. Ahora no sé si las echaré de menos, supongo que sí, te acabas encariñando con ellas y sus vivencias, que te recuerdan sí o sí a las tuyas, en esos tiempos en lo que todo pintaba más de color de rosa. Me estoy haciendo mayor y cada día la decadente cultura antieuropea que genera la mentalidad postmoderna europea (más decadente aún si cabe) me obliga a ver las cosas con otros ojos y con muchos ojos distintos. Pero mi corazoncito, ése que guardo en una prisión de hielo pase lo que pase, aún aspira a florecer y a recordarme que yo en mis tiempos también fui un ceporro que se restregaba por las mesas esperando ventilarse la merienda en el recreo. Ahora prefiero ahogarme en una pinta de Guiness mientras elucubro sobre el nacimiento oriental de esa misma cultura decadente que practico intensiva y demagógicamente.

En fin, me tocará esperar a la película, pero no creo que me llegue a tocar ya tanto la fibra sensible como esto. Le he acabdo cascando un 8 en MAL, quizás debería empezar a plantearme comprarme un criterio nuevo (así le casqué la misma nota a Gundam ZZ). O solidificar de nuevo mi mente en una cerrazón neopositiva que me haga creer que los dogmas empíricos existen. ¿Debería agradecerle al relativismo todo esto? Todo depende de cómo se mire... Pues nada, os recomiendo esta segunda entrega (que, repito, no la primera, salvo el episodio extra), está simpática y se deja ver alegremente, pues resulta hasta divertida. Alejándonos de su idealización seguro que a todos los que hayan pasado por algo similar a lo mío caerán en pensamientos y elucubraciones similares. Hasta el próximo tocho infumable sobre algo que no tiene nada que ver con lo que en realidad es (pero Derrida se sentiría orgulloso de mí... o no).

jueves, 16 de septiembre de 2010

200 años del Grito de Dolores

Rara vez me da por hablar del aniversario de algún acontecimiento, pero es que da la casualidad de que este año he estado llevando a cabo unas pesquisas en relación a esto. Resulta que, referente a mis lecturas veraniegas, tal y como comenté, anduve liado con los asuntos de un artículo de investigación que he de realizar a lo largo del curso y empecé con ello este verano. Tal artículo versa sobre movimientos sociales en la época de la independencia de la Nueva España. Así que me puse a leer esa historiografía oficial y tradicional sobre el asunto para ver si me aportaba algo referente a esto. Poca cosa, pues esa historiografía de lo que versa es de un fuerte componente político y económico, siempre presentando a los "héroes nacionales" como tales, hablando del desarrollo militar y político, basado en conjuras, alzamientos y luchas fraticidas entre los partidarios del rey, los partidarios de una buena administración y los partidarios de la independencia de las naciones de nuevo cuño que estaban por aparecer a lo largo de los dos tercios inferiores del continente americano (o sea, Centro/Mesoamérica y Sudamérica).

Una de las figuras más vitoreadas en este respecto sin duda es la del párroco de Dolores de aquel entonces, Miguel Hidalgo y Costilla, un sacerdote criollo ilustrado que fomentaba la culturización del indio (curioso fue leer en una obra de Halperin Donghi sobre cómo llevaba a cabo representaciones de obras de Moliére en nahua con los indios como protagonistas). Además, estuvo vinculado a una serie de sublevaciones y alzamientos que fueron rápidamente sofocados por la oficialidad ante la permisividad del virrey Iturrigaray, el cual fue depuesto por los realistas debido a su trato favorable a la autonomía del virreinato de Nueva España. Así, llegó al poder el virrey Apodaca, un realista que no permitía a los criollos apoderados influir en el devenir político a pesar del apoyo que se llevaba a cabo desde la península por la Junta Central y sus recién inauguradas Cortes. Viendo que nada más a través de las armas podría llevarse a cabo dicho lñevantamiento, el 16 de septiembre de 1810, a "grito pelao" en el mercado de su comunidad, el párroco fomentó la rebelión contra las instituciones peninsulares alabando la figura del Rey y de la Virgen de Guadalupe. Logró adherirse unos 20.000 campesinos y mineros en principio, los cuales ascendieron para la toma de Guanajuato y otras plazas simbólicas hasta 80.000, de los cuales la mitad desertaron en la batalla del Cerro de las Cruces, frente a Ciudad de México, replegando ante éste al ejército sublevado, mal armado e indisciplinado a pesar de su exceso de cañones, frente a las tropas oficiales de los generales del virrey. Así, a principios del año siguiente, el cura Hidalgo y algunos de sus lugartenientes fueron apresados en Coahuila y fusilados en Chihuahua, exponiendo sus cabezas como trofeos de guerra en el mismo lugar en que, unos meses antes, habían llevado a cabo una matanza indiscriminada de criollos y peninsulares (unos 300) en la alhóndiga de la ciudad de Guanajuato.

Cabe así empezar a analizar las relaciones políticas, sociales y económicas que a raíz de una crisis de subsistencia, que genera un food riot (como aquí en España el de Esquilache en 1766, bien estudiado por Pierre Vilar en un artículo publicado en la Revista de Occidente, por ejemplo) a grito de "¡Viva el rey y abajo el mal gobierno!", una constante en la sublevación popular de tradición hispánica a partir de la segunda mitad del siglo XVIII especialmente. Así, vemos cómo se trasloca por necesidad a otros lugares, como ya se ejemplificó con otros movimientos, como el de los Misioneros del Socorro en Paraguay o la revuelta de José Gabriel Tupac Amaru en Perú durante la época mencionada. Tras el vacío institucional en que quedó la península, el mito del rey invisible, propagado por México a modo del viaje fantasma del rey a lo largo del país en un carruaje oscuro, fomentó la creencia popular de que no se había abandonado a su suerte a los súbditos. Y vaya cómo nos salió luego al que llamaban "El Deseado"... pero eso es otra historia. Mención especial a la dificultad de la situación política también, con una minoría criolla en la administración local americana (en general), siendo la carrera de los peninsulares en América premiada con acceso al Consejo de Indias, digámoslo así, como un ascenso de categoría en la burocracia del Estado imperial español. Así, los funcionarios de justicia (oidores, alcaldes del crimen y jueces en las audiencias sobre todo) eran principalmente de origen peninsular, fomentando la sublevación de la que, por ejemplo, ahblé antes a pesar de la permisividad que algunos altos cargos de la administración (y en última instancia, hasta el virrey José de Iturrigaray, ya mayorcete) daban con respecto al acceso de los criollos al cargo, cuya venta fue, desde tiempos de los Austrias menores, la manera de acceso más eficaz a las instituciones.

Muchas cosas que me dejo en el tintero y mucha morralla que se habla y se hablará en estos días al respecto, pero de ahí a considerar que Hidalgo pretendía generar una nación independiente... Vale, puede sentarse un precedente, pero este hombre, más que otra cosa, lo que consiguió fue que se le fuera de las manos una masa humana que sólo quería comer (pues las malas cosechas hicieron que el precio del maíz se disparara) y a la que realmente poco le importaba la nación (es más, en la matanza de la alhóndiga de Guanajuato, poco distinguían entre criollos y peninsulares, lo que provocó el miedo de estos sectores y la nula adhesión de los mismos, hasta llevarlos a perseguir este movimiento, fallando uno de los principales objetivos del cura ilustrado). El miedo les hizo perder una oportunidad, y su gran descoordinación e indisciplina otra. En herencia, nos han dejado la imagen romántica de este personaje, al cual he empezado a tener un especial cariño, y del cual parece ser que el mejor retrato realizado hasta ahora es el de Hugh Hamill, elaborado en los años cincuenta del siglo pasado. Extensa bibliografía y ríos de tinta han corrido sobre el tema, desde los más clásicos de la perspectiva liberal del diecinueve de Lucas Alamán hasta la vertiente historiográfica de la "historia desde abajo" del profesor Van Young de la Universidad de San Diego (el cual tiene una monumental obra que debería leer en algún momento). Luego ya, a través de esto, se pueden llegar a entender los fenómenos posteriores que desembocarían en otro episodio, cuyos protagonistas serían el general realista Félix María Calleja (que llegaría a virrey) y el cura mestizo José María Morelos, propulsor de la constitución de Apatzingán de 1814. Pero eso ya será otra historia que comentaremos dentro de unos años, cuando toque, si es que aún profeso cierto amor a esta etapa.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Arsesino: una visión futurible de España


Bueno, va tocando cambiar un poco de aires. Me ha dado por ojear en las estanterías y esta semana me encontré con esto. Me dio por leérmelo tranquilamente y... madre mía, qué cosas tengo por casa. La historia de esto se remonta a la colección de la revista de Ediciones la Cúpula El Víbora que nuestro padre nos ha legado a mi hermano y a mí (una revista de cómic Underground que llevaba publicándose desde los años ochenta). En algunos de los números más recientes (bueno, más cercanos al final de su publicación, que fue allá por 2005), creo que alrededor de 2002 a 2004, había una serie curiosa realizada por un excepcional guionista como es Hernán Migoya e ilustrado por Enric Rebollo. Eran una historia gamberra (como lo que normalmente se dejaba ver, en especial por la última época de la revista) con una curiosa historia, y aprovechando que hace un tiempo me lo encontré en un apartado de cómic de una feria del libro de ocasión, pues me hice con él.

La cosa va sobre que en la España de dentro de un siglo y pico, convertida en superpotencia por haberse convertido África en un continente lleno de petróleo a causa del devenir de la situación actual, y España se aprovecha de eso para alcanzar un gran estatus a nivel global. Pero los políticos, como vienen demostrando, siguen en sus trece y posiblemente vayan a peor. Por eso, viendo que esta grotesca clase está amenazando la estabilidad y el bienestar de la población española, un asesino de tendencias anarquistas y con bastante mala baba llamado Arsenio se encarga de cepillárselos. Y cómo no, su principal objetivo es... el rey. A partir de aquí, suceden una serie de vicisitudes que le ligan con la Casa Real y acaba proclamándose rey, lo que genera a su vez un complot contra su persona por parte de las instituciones, en especial a partir del anuncio de que adhesionará a los EEUU a la nación para convertirla en un estado más de la gran superpotencia, debido a la mala coyuntura económica.

Verdaderamente estamos ante un claro ejemplo de cómo se dan, a travér de los etereotipos, visiones de la vida tanto política como social española. Se juegan con todos ellos alternándolos con el cómic de aventuras y de intrigas sobre todo, aderezados con un contenido violento y sexual considerable a lo largo de la historia, generando un aire de comedia bastante desternillante, pero que a la vez no pierde su enfoque de crítica a todo lo que parodia. Y más si luego vemos las opiniones del dibujante en el apéndice del mismo volumen. Pero en fin, en definitiva es una obra muy entretenida y curiosa, cuanto menos. Es excepcional para conocer bien todos esos tópicos que se explotan sobre la política y sobre la sociedad que se politiza, y hasta en cierto sentido, se prostituye políticamente. Se evidencia la verdadera hipocresía que existe en muchos elementos reivindicativos, a la par que remarca los vicios y las malas intenciones y acciones de los actores sociopolíticos en un contexto de crisis moral de la propia nación, sobre todo por el ejemplo de dirigente, que se dedica a llevar a cabo más aventuras jamesbondianas defendiendo a sus hijos que a su propio país. Merece mucho la pena leerlo y darle vueltas al asunto, aparte de echarse unas buenas risas.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Yokohama Kaidashi Kikou: en un no muy lejano futuro...

Good Night Days~... Ey, espera...

Bueno, pues aprovechando que hoy me he quedado frito en casa, voy a seguir con mis comentarios pendientes de este verano. Ahora le toca el turno a uno de los mangas más hermosos que hay, tanto en planteamiento como a nivel ilustrativo. Estoy hablando de las andanzas de nuestra androide favorita, Alpha, en las tranquilas tierras de un futuro muy futurible en el centro de Japón: Yokohama Kaidashi Kikou (relato de un día de compras en Yokohama, o algo así venía a ser).

Pues la historia va de una robot que frecuenta una cafetería en la costa, la cual tiene escasa clientela normalmente y suele verse con los amigos del pueblo (un chaval del pueblo, el vejete de la gasolinera, algún que otro transehúnte extraviado...). Y poco a poco van apareciendo otros personajes que harán más o menos mella en su vida diaria o bien en la de sus más cercanos conocido, apareciendo relaciones entre los personajes que quedan ahí expuestas. A lo largo de la serie, vemos que poca cosa va pasando, pues realmente, lo que mejor se aprecia es el paso del tiempo, que progresivamente va acelerando conforme la serie avanza.

Lo realmente fascinante de esta pequeña maravilla quizás no sea tanto la sucesión de acontecimientos sino todas esas sensaciones que transmite, aderezadas con un hermoso estilo por parte del autor, Hitoshi Ashinano. La forma en que la tranquilidad y la alegría abruma en la mayoría de los capítulos que se leen contribuye a mantener un aura de bienestar, muy absorbente, en quien puede disfrutar de esta obra. Eso sí, también sabe jugar con los sentimientos: el paso del iempo es implacable y hace mella en todos los personajes a los que acabas por conocer y apreciar, resultándote dolorosas las separaciones y desapariciones de los mismos.

Lo que realmente también ha significado un impacto para mí ha sido sin duda la ambientación. Estamos hablando de que, en un mundo que la tecnología ha permitido crear robots humanoides y grandes máquinas voladoras, vive una progresiva ruralización debido, al menos en el caso japonés que se expone, debido a la crecida de las aguas, el abandono de las grandes ciudades y su posterior cubrimiento por la maleza y otros procesos postdeposicionales (¡quién fuera arqueólogo en ese tiempo!). Lo que se evidencia así es una fuerte crítica respecto a la mentalidad que se tiene sobre el cambio climático, que ni una teconología tan avanzada puede salvar. Estamos ante una fuerte crítica también a ese optimismo teconlógico al que también parece recurrirse muchas veces en la narrativa japonesa, tanto en manga como en animación. Y todo aderezado y fuertemente camuflado con ese aura de quietud y tranquilidad. Así, combina ambos elementos con el paso del tiempo, pues el mar va avanzando, comiendo terreno a la tierra, mientras el clima se vuelve más extremo, con lluvias fuertes y calor muy intenso en verano y un frío invernal que hace que hasta nieve en la costa. Podrían ser fenómenos aislados, pero creo que pueden verse como ejemplos paradigmáticos. Quizás este toque moralista, en cierto sentido, hacia un más que posible futuro en este sentido pueda darnos a ver que deberíamos preocuparnos más por hacia dónde nos estamos dirigiendo, y la verdad es que me parece muy acertado en este respecto. De ahí también contrubuyo a pensar que este manga es algo que debe llegar más allá de la cierta superficialidad que dan los personajes, y meterse más en su entorno, en dónde viven y en qué ha acabado por convertirse el mundo, evidenciado claramente en todos esos viajes que los personajes realizan y en cómo ven que, poco a poco, vamos quedando menos y la naturaleza recupera su papel dominante, a modo de un cíclico castigo. Aun así, no deja de ser ciertamente optimista esta especie de "venganza natural", pero sigue siendo un ejemplo evidente de que hay que cambiar las cosas. O al menos, así lo veo yo.

En otros momentos puede hacerse una interpretación materialista y simbólica: lo que para Alpha significan el café o la cámara, recuerdos evidentes de su dueño. Así, (y ojo a los spoilers) cuando el huracán destroza el porche de su casa o se le pierde la cámara en el acantilado, se trasmite una tristeza y una melancolía que difícilmente te puede transmitir otra cosa, debido a la relación inexistente o ya bien a modo de mero recuerdo de Alpha con su dueño. Así también pasa con su relación con otros personajes, pero creo que no tan intensamente como en estos casos, a los que se dedica un capítulo entero, pero que en conjunto son los elementos que crean la verdadera ambientación de la serie.

Dicho esto, recomendar encarecidamente su lectura, en concreto la versión castellana, magnífica versión castellana que ronda por la red, fruto de la colaboración de tres personajes a los que se echa de menos mucho su trabajo en el mundo de las scanlations en castellano. Desde aquíles agradezco encarecidamente su trabajo y el acercarnos a esta joya. Además, ya un poco de mi parte, recomiendo un poco de música ambiental para su lectura, como por ejemplo podría ser la banda sonora de esa seriecilla dirigida por Osamu Kobayashi y producida por HAL Film Maker un poco desconocida como es Natsu no Sora. Una combinación magnífica. Y bueno, con esto y un bizcocho, hasta la próxima. ¡Nos leemos!

sábado, 4 de septiembre de 2010

Awesome mangakas III: Satoshi Mizukami

Pues nada, un año y pico después de la última entrada que escribí de esta sección, volvemos a la carga con un tipo que ha cogido un manual de "cómo hacer un manga" y lo ha transportado directamente a sus obras. Y lo mejor de todo es que con resultados cojonudos. Con un estilo propio bastante característico, y cada vez más contundente, nos ofrece una disposición de escenas bastante buenas y argumentos topicones, pero dentro del mismo contexto, originales y refrescantes que contribuyen a darle un empujoncito a un género denostado por una mayoría de obras decadentes y que tienden a la repetición y prolongación ad absurdum debido a su alta popularidad y rentabilidad. Así, con obritas cortas y completísimas, nos mete de lleno en absorbentes universos de aventura, combates y camaradería. Así que, después de estos antecedentes, y con todos vosotros, Satoshi Mizukami.

-Psycho Staff: historieta de un solo volumen en la que un chaval resulta tener unos poderes psíquicos especiales que lo hacen objetivo de los intereses de dos facciones alienígenas enfentadas, que pretenden adherirlo a sus filas o bien estudiarle a fondo. Total, cosas pasan: aparece una chavalilla de la primera facción que le dice que se una a su facción, pero el chaval pasa de ella. Termina desarrollando fuertemente sus poderes, y una profesora suya resulta ser de la facción rival, por lo que le ponen a prueba con la amenaza de un meteorito para que acabe con el planeta y lo tiene que detener. Finalmente, pierde sus poderes al cumplir dieciocho años y así poder llevar su vida de forma normal, queriendo acceder a la universidad. Esta historia parece un ensayo o bien un "hermanito" de Hoshi no Samidare, de la que hablaré después.

-Sengoku Youko: un shônen de samuráis y youkais, rápido y efectivo, en el que un chaval que se crió con demonios debido al rechazo de su familia, odia a los humanos y persigue a los que hacen daño a los demonios, que a la par va acompañado por una espíritu kitsune (de zorro) con apariencia de muchacha que le otorga poderes especiales para el combate, haciéndolo mucho más fuerte. Así, se les une un campesino miedoso que pretende ser samurái para vengarse de los espadachines que atemorizan a la gente. Así, se acaban topando con una organización de monjes que se cruzan con demonios para obtener así sus poderes y utilizarlos en su contra. En general, mantiene elementos típicos pero bien desarrollados del género, llegando a hacer una aventura muy interesante y emocionante, con acción a raudales, personajes que acaban cayendo muy bien y sin duda una intensa trama que se disfruta sobre todo. Absolutamente recomendable.

-Hoshi no Samidare (Lucifer and the Biscuit Hammer): con decir que la he metido directamente en mi top 5 creo que lo digo todo. Obra clásica, en el sentido de que podría resultar paradigmática, de cómo hacer un buen shônen. Es sin duda una obra de manual, siguiendo de manera ortodoxa todos y cada uno de los elementos del buen shônen para hacer uno magnífico. La historia gira en torno a un muchacho que un día se encuentra con un lagarto sobre su cama que le dice que ha sido elegido por una princesa para salvar a la Tierra de la destrucción. Así, acaba siendo uno de los doce caballeros bestia que han de enfrentarse al mago para evitar la destrucción del planeta... por obra de un gigantesco martillo galletero que espera en el espacio. Así, conoce a la princesa y al resto de los caballeros mientras luchan contra el mago y sus esbirros, unos poderosos golems a los que deberán vencer con los poderes psíquicos que les otorgan las bestias. Intensísima, emotiva y épica narración de una obra que, sin ser muy larga (ha finalizado recientemente con 65 capítulos y 10 volúmenes) ha conseguido llevar a cabo todos los objetivos que se esperan de un shônen: una historia interesante y envolvente, personajes cañeros y a la vez entrañables a los que tomar un cariño especial, un antagonista maquiavélico y mucha acción, momentos de humor simpático y otros que encogen el corazón. Sin duda, una serie canónica que perfectamente debería ser tenida en cuenta a la hora de aprender en qué consiste el género. Por mi parte, una imprescindible en todos sus sentidos que sin duda hará las delicias de cualquier aficionado al género. Y, cómo no, para terminar, apoyar la moción de que Gainax anime esta serie, pues le pega mucho su estilo y además tiene de por sí ya una estética muy similar a las grandes obras de flipadura de este estudio de animación.

Para terminar, agradecer a unos lectores habituales haberme mostrado (LoTuS) e insistido (Záresh y Djevel) en conocer la última de las tres que menciono y conocer así a un autor al que tendré que seguir la pista de ahora en adelante, a ver si sigue sorprendiéndome como lo ha hecho hasta ahora. Uno de los grandes desconocidos, me atrevería a decir.

martes, 31 de agosto de 2010

Lufia: the Fortress of Darkness

Imagen "tomada prestada" al usuario FFantasy6 de EOL

Pues nada, sigo con las movidas veraniegas. Y esta vez toca una rareza en este blog: los videojuegos (y eso me recuerda la permanentemente eterna reseña de las dos sagas de Black Isle: Baldur's Gate y Icewind Dale, que tantas veces he jugado y acabado y nunca me he propuesto hacer una entrada al respecto). En esta ocasión un RPG clásico de esa maravillosa consola que fue la SNES, Lufia: The Fortress of Darkness.

Un mundo de fantasía medieval está amenazado por cuatro cabrones desalmados llamados los Sinistrals. Así que nuestros héroes de turno, dirigidos por un tal Maxim, les van a dar su merecido. Se la dan (o sea, se la tienes que dar tú) pero al escapar Maxim y su novia la maga se quedan en la isla flotante que cae al océano, pereciendo ambos. Noventa y nueve años después, controlas a un chaval que quiere ser el caballero de una cutre ciudad que descubre que hay un ataque de monstruos en una ciudad vecina, dirigiéndose allá y comenzando su aventura al ver que, precisamente son estos Sinistrals los que andan dando por saco. Pero ¿por qué? Maxim y sus amigos los derrotaron hacía un siglo, pero han vuelto y parecen muy cabreados. Así, la amiga de la infancia de tu protagonista, Lufia, se une a tu búsqueda pateándote un inmenso mundo lleno de encuentros y ciudades, grutas, torres... Progresivamente, se unirán Aguro, el caballero de otra ciudad, y Jerin, una joven semielfa a la que iban a sacrificar a una criatua en un pueblacho por ahí perdido en el mapa.

Es una aventura clásica típica de RPG, entretenida y absorbente, pero con pocos elementos destacables, aun siendo muy entretenido (o más bien, enviciante). Es una cosa absolutamente retro que te abstrae a la infancia, de ahí mis ganas de jugar viendo tanto pixel suelto y los monigotes cabezones con una música en midi y repetitiva de fondo. Aun así, la escasa interacción con el escenario, las pocas opciones de combate y el descontrol de los ataques hacen que el juego desquicie un poco más que de costumbre, aparte de la carencia de un mapa porel que orientarse en un mundo bastante amplio, típico de estos rpgs, que para nada es lineal pues hay que dar bastantes vueltas en las distintas áreas. Aun así, no deja de conservar todo su clasicismo y la estética propia de una época en la que se curraban juegos divertidos, no como ahora, que se hace mucha morralla basada en graficazos pero liquidable en una tarde. Se nota que es de una tradición clásica, ya que jugarlo me ha recordado un taco al Golden Sun de la GBA (aunque sin las psinergías y los djinns, ha perdido un poco sobre todo a la hora de moverse por el escenario) o incluso con elementos finalfantasyeros. Pero vamos, que habiendo cierto mono de un JRPG de la vieja escuela, para nada se desprecia. Al revés, ahora me falta por completar el segundo Lufia, que viene a ser precisamente la aventura de Maxim. Y bueno, mirando por ahí para encontrar imágenes, se me ha antojado jugar (o volver a jugar) un par más de este palo, que están bastante entretenidos, aunque es eso: son de echarles un taco de tiempo.