lunes, 12 de julio de 2010

Mundial de Fútbol de Sudáfrica: ¡pudimos!

Realmente no sabía si hacerme eco de esta noticia, pero después de haber seguido casi desde su inicio el Mundial de fútbol de Sudáfrica (todo por tal de desconectar del estudio por cualquier forma existente), hay que destacar al vencedor: la selección española.

Sí, sé que es raro encontrar una página tan cerrada a sus discursitos como ésta, pero coño, este mundial ha sido especialmente muy emocionante. Es más, ha sido hasta agónico en muchos sentidos, sobre todo para esta selección, que ha sufrido lo insufrible, luchando contra la historia y la estadística... y contra un pésimo, en general, arbitraje. Y unos rivales nada fáciles y más duros de lo que se creía uno. El susto inicial con Suiza presagiaba lo peor y una oleada de pesimismo y críticas contra la misma. Pero supieron salir al paso frente a Honduras y Chile, sin destacar mucho, por lo que precisamente no era como para llevarlas todas consigo. Pero las victorias trrabajaisimas a la mínima en los partidos de octavos (Portugal), cuartos (Paraguay y su fuerte defensa), semis (Alemania y su vigoroso fútbol) e incluso final (contra una sucia Holanda y llegando en ésta a la prórroga, con uan pésima actuación arbitral) han valido para destacar la calidad de un juego que no llega exactamente a ser muy acertado a la hora de la verdad, pero que ha funcionado, al menos, para dar espectáculo y ganar la tan ansiada copa.

Hay que destacar también otros aspectos del mundial, otros equipos que se han merecido un reconocimiento especial (sobre todo tras las extrañísimas eliminaciones de selecciones como Francia e Italia, para bien o para mal). Y destacar también una incipiente potencia que bien perfectamente podría haber sido merecedora del título: Alemania. Con un equipo fuerte, efectivo y joven, han llevado además un limpio campeonato desprendiendo mucha calidad. Y se manifestó además en el intenso partido por la tercera plaza que lo enfrentó contra Uruguay, el cual fue un bellísimo e intenso partido que habría que tener presente a la postre para ver cómo funciona el equipo germano. Aun así, anduvo tan igualada la cosa que fue hasta sorprendente (y Forlán se mereció haber metido aquella falta a la esquina en el último segundo, aunque sólo fuiera para disfrutar de media hora más de intenso y bonito fútbol).

Pues eso, preferencias hechas, ahora sólo me toca soltar un... ¡¡OEEEEE OE OE OEEEEEE, OEEEEEEE, OEEEEEEE!! Y todos tan contentos. Ahora, a esperar a que suba el PIB, que buena falta hace.

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