martes, 13 de julio de 2010

Angel Beats!


El verano es, sin duda, una época propicia para ver dibujitos de éstos. Y más si llevas acumulando series después de un duro cuatrimestre de seudotrabajo y los exámenes. Así que suelo aprovechar no sólo para empezar a ver todas esas series que se estrenan de la temporada de verano, sino las que dejé más aparcadillas por las razones antes enunciadas de la temporada de primavera. Es un planazo de mierda, sí, pero... qué remedio. También aprovecho para hacer otras cosas que se reducen al absurdo a "perder el tiempo". Yéndome de nuevo hacia donde no me debería haber ido, ponemos esta serie como ejemplo paradigmático, aunque esta vez he de reconocer que es una de las que más fielmente he seguido (aunque no tanto como la divertidísima B gata H kei) conforme la iba sacando el fansub de la que lo seguía (en este caso, le di una oportunidad a uno español muy en boca de todos, inshuheki).

Esta serie no deja de ser una acumulación de topicazos en muchos sentidos de lo que es a día de hoy la animación japonesa: personajes estereotipados de colorido variado y personalidad previsible, aderezado con el perpetuo moe y un estrafalario toque de shônen en un dramón típico de los de Key (con Jun Maeda por detrás...). Otonashi, un chaval que se despierta de repente en mitad de un instituto junto a una muchacha calcada a Haruhi pero con el pelo moraduzco sujeta a un rifle mientras le cuenta que se enfrenta a un ángel, además de reprocharle que está muerto. Total, que resulta que los niños atormentados que no han tenido una infancia feliz han acabado en mitad de una especie de RPG dentro de ese instituto para que pudieran disfrutar de una vida plena de estudiante que en vida no pudieron tener... y que han muerto durante la misma. Cúmulo de casualidades que dan una serie de situaciones en principio absurdas e incluso hasta divertidas y luego lo combinan con situaciones trágicas de paquete para llegar a lo más profundo de los chavales que disfrutan de la serie.

Sin duda esta serie es pura carnaza para adolescentes. Tanto en su desarrollo como en su mensaje como en su demás parafernalia. La música (me refiero a GirlDeMo), los personajes, el aire rpgero y el dramucho barato que se gasta. Es una mezcla tan extraña que casi podría confundirse con un shônen del montón, con todas las situaciones pasadas de los personajes protagonistas y el intercalado de ridículas situaciones cómicas en las mismas. Aun así, no deja de tener un regustillo amargo y quizás algo especial, pero no sé, no deja de ser una vaga sensación tras el final que, para mi gusto, resultó un poco forzado y bastante prolongado por necesidad. No sé siquiera qué sensaciones me ha llegado a transmitir laserie, ha sido confusa en ese aspecto, pero bueno. El caso es que la música del grupillo que salía me ha acabado gustando bastante, y eso que es del típico grupillo que suele gustarle a los adolescentes de hoy. ¿Será que me está entrando de nuevo la paranoia hormonal del adolescente de hoy? ¿Será una regresión debido a los constantes desengaños de la vida y un incipiente síndrome de Peter Pan? A saber... pero el caso es que helos ahí. En fin, ya veremos si se me pasa o si prorrogo mi infancia hasta la extenuación... Fin de la transmisión.

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