Segundo intento de rol

Round 2: Leches go! Pues eso. Otra partida en casa de Urbano. Esta vez hay más acció, más sangre, más dramatismo y más distracción de la trama principal. Esta partida la hicimos el jueves, pero no he tenido tiempo de actualizar hasta hoy debido a un pequeño conflicto moral que espero que se solucione cuanto antes.

Parece ser que nuestros aventureritos han ido a parar a un sitio poco tranquilo. Estando la mitad en el trullo, sucede algo inesperado: nos atacan los trasgos (a la ciudad :P). Bueno: el mago y el clérigo enano defienden la barbacana como buenamente pueden ayudando a la guarnición, mientras los reclusos consiguen escapar con las picardías del bardo. Y al poco tiempo, se escucha una explosión en la muralla: han abierto una brecha, y un buen pegote de trasgos se lanza al interior de la ciudad... justamente donde el bardo, el bárbaro y el explorador estaban saliendo. Sus caras era un poema. Tras intentar buscar alguna salida, vieron que su única oportunidad era el combate directo con ellos. Pero claro, teniendo un arco... ¿para qaué acercarme? Un par de flechas certeras y derriban a unos pocos trasgos. La horda avanza desordenadamente hasta llegar al bárbaro. Y éste, en un ataque de ira, desliza su hacha hastas un trasgo, y de rebote, despedaza con un precioso crítico de 43 puntos de daño (y a nivel 3) a otro trasguito gracias a la hendedura. Los trasguitos sacaron un precioso 1 en moral, y salieron en desbandada, cayendo por las flechas que disparaban el bardo y el explorador. Mientras, en la barbacana, los otros dos jugadores localizaron al jefe trasgo, un gran trasgo con aspecto bastante intimidatorio, y con bastante suerte, pues ninguno de los 2 rayos abrasadores de los que fue objetivo por el mago sirvieron para desalentarlo.

Viendo el percal, el clérigo se dirigió al templo de Helmo a pedir auxilio, y el mago al torreón del hechicero de turno. Ya con refueros, se unieron en la puerta principal con los otros 3, y se lanzaron a un ataque frontal contra el jefe trasgo. Y el bárbaro acababa de enterarse de que tenía una furia de bárbaro... interesante. Pero previo a eso, tras unos ataques exitosos de los arqueros, una pantalla de trasgos se colocó a modo de castellet (o como se diga) delante de su líder para evitar que fuese impactado, Y aquí es cuando nuetro "carismático" semiorco se lanza enfurecido al turrón. Con un despiadado grito de guerra, carga y arrolla a los trasgos que ve a su paso en dirección a la muralla trasga, que cae al ser violetamente golpeada por el gran hacha del feroz bárbaro encabronado. El gran trasgo, con los cojones en la garganta, llama a su gran amigo el osgo, mientras era fusilado por el bardo. Y el osgo tuvo un gran papel: duró un impacto del hacha del enfurecido semiorco.

Terminada la batalla, hicieron recuperar el sentido al inconsciente líder trasgo, y lo encarcelaron para interrogarle. Hechizado por el bardo para que respondiese a las preguntas, finalmente el conflicto de alineamientos hizo mella entre los jugadores, que demostraron sus intenciones con una buena interpretación. Finalmente, el interrogatorio oficial y el juicio del trasgoide desveló un par de incógnitas gracias al leve sabotaje al que sometieron previo juicio los jugadores al pobre cacique (con un "discernir mentiras" y un "hechizar persona"). Pues nada: a trazar un pan contra los trasgos, que aprece que se están organizando para expulsar a la gente del lugar. Y tras una ardua discusión y deliberación de las posibilidades, con el plan ya elaborado, los aventureros se disponen a iniciar la marcha, atravesando el denso bosque para hallar tanto el campanmento de los trasgos como las ruinas que parecen esconder el cetro que andan buscando. Antes de partir, fueron a visitar al hechicero de la ciudad, el cual les facilitó un libro a medio escribir en un idioma rúnico desconocido, diciendpo que más adelante les servirá para algo... y hasta septiembre ya no creo que sigamos xD

Bueno, espero que os esté molando el relato y mi forma de contarlo. Desde aquí un cariñoso saludo para todos, y ya nos veremos. Byebye.