domingo, 6 de abril de 2008

Lo que hay que leer V

De nuevo, hoy he estado ojeando el periódico, y me he topado con una noticia de doble página que para mí no era ninguna novedad. Más que una noticia, podríamos decir que era un típico remember de cosas que pasaron, y que se exponene en la prensa diaria para darse a conocer al gran público. Pero lo dicho, que yo ya tenía una idea de esto.

La noticia viene a referirse a la investigación y colaboración por parte de arquólogos franquistas y adictos al régimen sobre el origen de la raza aria. Oh, gran interés lo que cuento. Pues mirad por dónde, estos dos temas se tocan bastante en el debate arqueológico del siglo XX. No sólo asimilemos los elementos arqueológicas como otras fuentes para el estudio de la historia (aparte de los documentos escritos). Curiosamente, andaba pasando mis apuntes de arqueología medieval, y me he topado precisamente con este mismo apartado. Y como estoy de mal humor por X o por Y, no viene a cuento, pues me exalto y me pongo a aporrear malamente el teclado para expresar mi frustración. Y al que no le guste, pues ahí tiene los comentarios para rajar después, o para dar por culo, o lo que le salga de sus genitales. Y sin más dilación, paso a quejarme de verdad.

Resulta que durante este precioso siglo XX que la mayoría hemos padecido con más o con menos intensidad nos ha dejado una de las herencias decimonónicas más horribles que la humanidad recuerda. Y no me refiero a otra cosa máas que al nacionalismo, el arma que desató un conflicto imperialista y otro ideológico en el "seno de la civilización occidental", o sea, Europa (aunque bien que se extendió posteriormente a otros lados y ahora está dando bien la tabarra por muchos lados). Como supongo que la mayoría de mis lectores sabrán, el nacionalismo es algo que repudio y detesto con todasmis fuerzas (sea del carácter que sea, ya sea por una patriola de 3 metros cuadrados o una nación gigantesca), es la doctrina más repugnante que conozco, pero ala vez la más destacada y todo el mundo la practica de una forma u otra, y participa con ella fomentándola. esto ya son paranoias mías, pero bueno. Centrándonos en el tema al que me refería, procedo a exponer la relación entre la arqueología y el nacionalismo, que tanta brasa para acabar yéndome por los cerros de Úbeda no pueden ser sana. Y además, ya anduve ayer mismo por esos lares. El caso es que muchos arqueólogos franquistas colaboraron con la brigada de investigación histórica de las SS para conseguir demostrar el origen ario y germánico de los españoles. ¿Y cómo? Muy fácil: profanando necrópolis (ojo, necrópolis, con sus ajuaritos de oro y tal, en vez de buscar vivendas altomedievales y similares) en las que encontrarían a la verdadera población española: cristianos de raigambre católica, con los calbellos doraditos y una profunda bravura de influencia celta, pero sobre todo, y al llegar éstos, germánica.

Ah, el pangermanismo. Esa alienación tan repelente y que tanto mal ha causado a toda la humanidad desde que Bismark subió al poder en Prusia. Una de las bases de la arqueología nacionalista es dar a través de sus investigaciones razones a través de las que se demuestre eso que dicen. ¿Y qué dicen? Pues dicen que son una raza que anduvo ahí desde el principio de los tiempos, que fueron los buenos salvajes que evitaron y destruyeron el corrupto mundo romano, o que lo evitaron (bueno, éste es más el caso inglés), pero también es cierta su escasa romanización de esos territorios. La importancia de esta doctrina viene adicando en que el nacionalismo tiene una fuerte base ideológica en la historia de una región o zona (y en su lengua, pero ahora no hablaré de idiomas ni nada por el estilo). Y la historia se encuentra en 2 tipos de fuentes principales (sobre todo la historia más lejana), y éstas son los documentos escritos (escasos en el caso medieval) y las fuentes arqueológicas obtenidas a través de las prospecciones, y suelen ser malinterpretadas por estos nacionalistas a favor de sus doctrinas.

Pues con estas bases más o menos montadas, vayamos a lo que toca. Los nazis apoyaron las investigaciones arqueológicas en la península Ibérica para encontrar las evidencias de la llegada de la magnífica raza aria, no sólo ya en fundamentos visogodos, sino incluso en los celtas o iberos. No sé, las oleadas de población del este me suena que venían más allá incluso que del mundo germánico, incluso puede ser que viniesen del mundo eslavo e indoeuropeo oriental. Pero una fluctuación germánica tampoco puedo durdar de que viniese, con las migraciones dadas allá por el 5º ó 6º milenio antes de la era cristiana. Eso sí, en España han ido a escoger uno de los peores lugares para buscar el origen de esa "poderosa raza" de superhumanos. Sabiendo que después de estas migraciones (que, tras atravesar los Pirineos, parece ser que bordearon las costas mediterráneas y atlánticas), llegaron más tardíamente migraciones orientales (griegos, fenicios, etc) y que incluso algunos se aposentaron aquí (había fundaciones griegas y emporios fenicios a lo largo de toda la costa mediterránea, en incluso atlántica del sur). Y antes de la 2º guerra púnica, ni hablemos de la llegada de cartagineses, y cuando estalló ésta, ni comentar al respecto del comienzo de la romanización, o como prefiere verlo mucha gente, el inicio de la occidentalización. Pasados unos siglos de dominio romano, llegamos a lo que verdaderamente nos interesa, que no es otra cosa que las invasiones godas. Primero, los suevos atravesaron la península para descender al norte de África, donde se aposentaron en el primer tercio del siglo V. Y unos años más tarde, los godos expulsados del reino de Tolosa descendieron y asimilaron a la población romanizada, como próximamente serían ellos asumidos por los musulmanes en el siglo VIII.

¿Hablamos de los modos de producción que se fueron sustituyendo? Venga, lo veo necesario para el entendimiento de mi exposición. Pues estos corruptos romanos que entraron en la península de mano de los Escipiones, y al asentarse tras un siglo de conquistas, nos impusieron sus producciones rurales y su comercio. Analizando el sistema utilizado en las Villae (basado en el uso de esclavos para producir) y viéndolo evoulcionar hasta su corrupción final, nos percatamos de que la desevolución cultural vivida por la modalidad antigua da paso a la cultura de las invasiones, la denominada barbarie o salvajismo (según Childe). Cambia el sistema de producción por sus formaciones de comitatus, o consejos de hombres prominentes, guerreros encargados del mantenimiento de su comunidad. Su "romanización tardía" derivará en lo que se conoce como modo de producción medieval, o feudalismo. Este feudalismo necesita otra base ideológica que también se entenderá como necesaria para el desarrollo de la cultura occidental: el cristiaismo, religión asimilada en tiempos de Constantino en el imperio romano en la primera mitad del siglo IV. Pues la desviación supondrá, a lo largo del tiempo, este modo de producción ruralizado, que se asentará definitivamente a partir del siglo X. Pasado el tiempo, esta barbarización del modo de producción esclavista (sometido al arrendamiento y a la estamentación social, basándose las relaciones de producción en la propia relación entre los propietarios y los trabajadores) dará lugar a otro de los grandes enemigos de la mayoría de la humanidad: el capitalismo. Pero eso ya es otra historia que otro día contaré, o que podréis leer de mano de cualquier otro analista de la historia económica, destacando al propio Marx o a C. M. Cipolla.

Y llegamos a otro punto de nuestra propia incursión al nacionalismo. Ataquemos otra aportación sincrética: la llegada de los musulmanes. Como todos sabréis, Tariq y Tarif se adentraron en la península en 711, desbancando al rey Rodrigo. La incursión se prolongó unos años más tarde, hasta que fundaron un emirato dependiente a Damasco. Prácticamente llegaron a los Picos de Europa, donde fueron frenados por Pelayo y los suyos, herencia del mundo cristiano-visigodo (antaño arriano, ahora católico). Estas poblaciones de herencia barbárica y supuestamente germánica crearon un eino propio por las latitudes asturianas y leonesas. Pero volvamos con los invasores de etnias raras. Desarrollaron una esplendorosa civilización en el territorio que poseían, y asimilaron poco a poco a la población antes establecida (según los cálculos, unos 4 millones de habitantes sometidos por unos 100000 invasores sobre todo del norte de África), y se les permitió la permanencia si se sometían a un régimen tributario (del que quedarían exentos, además, si se convertían al islam). Así, muchos terratenientes se convirtieron y fueron asimilados. Pero claro, estas poblaciones... ¿Son autóctonas de las tribus prerromanas, son de herencia directamente romana, o sólo con plenos derechos, lo mismo aplicable al mundo gótico y musulmán? Pregunta interesante. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que el emir 'Abd al-Rahman III era rubio y con ojos azules, y era un príncipe islámico. ¿Era germánico ese tal 'Abd al-Rahman? Pues a saber. El caso es que es el dirigente de, oh sorpresa, los malvados moros. O sea, descendiente de la rama Omeya que huyó de oriente tras la revuelta de las banderas negras. Da que pensar, lo sé, pero no apetece darle la razón a los arqueólogos aliados de los nacionalsocialistas, que trabajaban para ellos, o como se quiera ver. Así que una población sincretizada por una infinidad de invasiones sucedidas hace más de 1500 años de tantos y tantos lugares... Aunque bueno, aprtiendo de que el ser humano parece ser que viiene de África y se fue desplazando a lo largo de un par de millones de años... Bueno, es igual, el caso es meterme con lo que no me gusta de una forma más o menos razonada y fundamentada en mi conocimiento de base.

Pues nada, sacad vuestras propias conclusiones (los que hayáis aguantado enteros hasta aquí), y si queréis exponerlas ahí en los comentarios, se agradecerá cualquier cosa que no sea una crítica poco fundamentada o estúpida, o una tontería que no viene al caso, que hoy me apetece estar serio, y tampoco es que esté de un humor muy para reír gracias.

EDIT: Y encima voy y me topo con ésto... ¿Qué coño hago en mi casa que no salgo a la calle y cometo una locura?

3 comentarios:

Drancos dijo...

Pufff, son varios teclados los que han caido en esta entrada pero por ello mismo, qué menos que comentarlo, aunque le he echado una ojeada general.
En cuanto a esto de los nazis y la voluntad de arqueólogos del período franquista de buscar pruebas "profanando" necrópolis, hoy en día lamentablemente se hace. La arqueología, y más cuando aborda etapas que van más allá de la Alta Edad Media, no tiene más remedio que recurrir a las necrópolis como fuente de información, valiosísima en etapas como la prerromana o la tardoantígua. Y toda excavación de una tumba es profanación de la misma, sea el fin interesado o científico (lo que, igualmente, es interesado).

En cuanto al tema del peso germánico de la península, quisiera al menos decir que sí: Pelayo, mal que le pese, como un número indeterminado pero al menos considerable de los nobles de los primeros años del 711, eran de origen germánico. Bárbaro, y germánico. El mismo nombre de Rodrigo es germánico, significando "rey famoso/glorioso". O el mismo nombre de Alfonso es germánico, y no hay ni más ni menos que XI en toda la llamada reconquista (Adefonsus), Fernandos (Fredinandus), o los Álvar(o)s. Citar cuanto menos también las esferas del arte y la cultura, y el entroncamiento que las crónicas y la propia numeración de los reyes actualmente entronca con ese Estado visigodo. Sobre su continuidad, daría para una entrada más, cuanto menos xD.

Pero el incapié lo quiero hacer en el párrafo referente a Al-Ándalus. No creo que el esplendor derivara tanto de que fueran los árabes una civilización brillantísima. El motivo de la rápida invasión, y la consiguiente época de esplendor, no vino sino dado por el establecimiento (deseado) de un 'Estado' estable, aunque fuera a costa de convertirse para muchos miembros de las élites, y estable evidentemente para la población asentada precedentemente, hispanovisigoda, pero ante todo hispana.
Curiosamente, a medida que pasan los siglos, se ve que, según los reinos/taifas van siendo más o menos estables (que no de mayor o menor tamaño), nos han dejado un mayor o menor legado. Y esa espece de 'ley' podemos situarla incluso en el mismo s.XXI.

Otro teclado quemado. ¡Salud!

Paco Martín Blázquez dijo...

Ante todo, agradecerte leer el tocho y tal.

Sinceramente, creo que lo de profanar necrópolis es un ejercicio más propio del siglo XIX, arrastrado hasta después de la 2º guerra mundial. De todas formas, aún se practica el expolio de necrópolis, por ejemplo, para conocer la ormacón del poder en el mundo escandinavo o en el prerromano ibérico (de toda la península) e incluso itálico. Pese a que el pueda parecer un expolio, quizás las necrópolis sean el único método de dar a conocer o conocer la organización social de una tribu, poblado o civilización que las fuentes documentales no pueden facilitarnos porque o bien no existan o no sean doumentación veraz.

Puede que las clases dirigentes de la nobleza fuesen germanas, es más, no lo pongo en duda. Pero de esa minoría, luego, ¿cuántos acabaron en un estatus social menor tras la llegada musulmana? Tambien debo recordarte que ha habido migraciones cuantiosas norteafricanas por las invasiones árabes sucedidas a lo largo de la edad media y que han afectado principalmente a lo que hoy conocemos por Andalucía, y no sólo musulmanas: también llegaron repobladores francos, italianos e incluso alguna empresa escandinava (el ataque a Sevilla a mediados del siglo VIII por los vikingos) o bizantina (tenían una franja en el sur considerable durante el reino visigodo). Simplemente, creo que hay un mestizaje muy amplio, y es incorrecto hablar de una "pura" raza en el territorio peninsular, pese lo que nos duela más a unos que a otros.

Mención aparte también tiene que en la noticia también se hablaba que se excavaría en las Canarias para encontrar también restos germánicos, pero que vamos, que sería como encontrar chumbos en el polo (o al menos, eso creo yo).

A ver si sigue el debate ^__^

Drancos dijo...

Siguiendo la línea:

No creo que el denominar 'expolio' a una actividad científica (y no la del XIX y buena parte del XX) sea lo más adecuado hoy en día.

En lo referente a 'raza', yo no he citado una 'raza' o 'grupo racial' español propio. Eso únicamente se pudo decir en otras épocas anteriores al XIX y siempre en referencia a su acepción de "raza=pueblo, grupo de gentes", sin ningún tono peyorativo y por tanto no en el tono actual. Ni voy a citar que los españoles son una raza, ¡ni harto vino!.

En cuanto al mestizaje, no creo que el peninsular sea un mestizaje mucho mayor al de Francia, Italia o la propia Gran Bretaña. Me refería a ese sustrato 'germánico' de forma cultural, y no es tampoco una denominación correcta. Eran hispanorromanos la abrumadora mayoría (y sobre el mestizaje de la población indígena y romana habría otro hilo que abrir), sea en el Estado dirigido por la élite hispanovisigoda, o sea en el Estado musulmán. La reconquista fue en cierto modo una guerra civil. Es un proceso largo, pero creo que cabe decir que no es lo mismo esa inmigración de franceses o italianos, culturalmente muy semejantes, que la musulmana. Claro está que esto varía de la Alta Edad Media a la Baja, donde ya la Al-Andalus real está muy focalizada y su homogeneidad social es mucho mayor). El caso es que, como sostienen algunos profesores como Barrios o el de H Moderna de España de la tarde, tras la rebelión de Las Alpujarras de Granada (la cual era denominada "Castilla Novísima"), solo quedará casi un 10% de población morisca. Población que sufrirá un nuevo rastrillado en los años 80 del s.XVI y que, en 1610, se verá reducida drásticamente.

Así, no creo que sea la sociedad española tan mestiza como nos hacen ver (y como nos han educado) en sitios no tan lejanos. Y véase la actual Granada. Otra cosa sería ver el caso Navarro, Aragonés, Catalán o del viejo Condado de Castilla, que igualmente darían que hablar y cuyo aprote 'franco' es sustancial en determinados momentos, pero no tan pesado ni tan original.

Salud.