Partida de Anima, y van 3

Volvemos con las aventuras del guerrero Fausto y sus camaradas de parranda. A pesar de estar en el día gris tras la muerte del gran actor, director, guionista, literato, académico, anarquista y mucho más Fernando Fernán Gómez, pues nos tocaba tragarnos la partidita. Haciendo de tripas corazón, y tras una horda de "Wasuremonos" de mi parte, comenzamos la sesión.

Dejamos recién abiertas unas escaleras (que resulta que iban para arriba, y yo creía que iban para abajo. Si Bill Murray viese mi fallo...) accedimos a una estancia en la que una loli estaba ahí viendo el fondo de una ventana. Le preguntamos cómo acabar con el conde, y nos entregó unas dagas (bueno, más bien le dimos nuestras propias dagas y se rajó con ella cual emo en época de apareamiento). Y claro, la bonita visión no nos hizo evitar dejar de pensar en que la cría nos estaba mandando a matar a un ente chusco de narices. Total, volvemos al pueblo, y mientras el pícaro asesina impunemente al herrero por ponerle un precio justo en la armadura que le pidió reforzar (en D&D un trasto de buena calidad añade a su valor 300 monedas de oro, y reforzarle una aramadura de cuero le supuso un gasto algo menos, pero claro, no existe comparación...), mientras buscábamos ayuda de la chica que vivía fuera del pueblo, pero estsaba en peligro de muerte si nos acompañaba. Así, compramos pólvora a saco y asediamos la mansión del marqués cuales vándalos anarquistas en las manifestaciones del 20-N. Eso sí, ni teletransportando el barril lleno de pólvora al interior de la casa nos libramos del susto de que un notas saliese y lo reteletransportara, haciendo gastar a nuestros magos más puntos de zeon para devolverlo a donde planeábamos. Finalmente, ZUMBA, y media mansión desintegrada. Dale que te pego, y zurra que te zurra, llegamos a la sala en la que el conde, medio colocado, nos esperaba. Hachazo y a la cama. Pero el fantasmón raro que salió después... Eso ya era otra cosa. Le arreamos con las dagas de la loli y cayó rapidito. Destellaco, y presencia presentida que va a dejarnos patitiesos. Volvemos a la catedral, y está el hijo de puta que tiró el dirigible flotando por ahí, y nuestra querida chica acojonada. ¿Solución? Darle un cubo raro que nos soltó el monstraco espectral al que Fausto clavó una daga en el orto. Se transfomró en una diosa de la vigilia, nos subió la Gnosis, le pedimos deseos y nos dijo que le pidiésemos ayuda cuando quisésemos (eso sí, en sueños).

Fin de la priemra parte: todo muy bonito y bucólico, con final feliz... Y como buenos herederos del ssitema D&D: "Si no está pegado al suelo, ¡a la mochila!" Y a carroñear entre los escombros vilmente. Todo el mundo sacó dinero menos yo, que encontré sólo un libro medio chamuscado (a saber lo que es...). Total, volvemos al pueblo... Y sorpresa: ahí nos esperaba THE SPANISH INQUISITION. Shit! Vaya marronazo, nos andan buscando... Y nos han visto. Pero tenemos un as en la maga, llamado barrilete de pólvora. Muy poco duró la gracia cuando arrojé el barril contra e barco y se quedó flotando congelado en el aire. Y justo en ese momento salían por el otro lado otros 2 inquisidores...

Y aquí acabó la cosa por hoy. ¿Saldrán Fausto y sus compañeros salir de una pieza, o cumpliendo las expectativas pesimistas del pícaro emo, moriremos todos vil y cruelmente torturados e incinerados por la inquisición? Respuesta en la próxima quedada, esperemos que a semana que viene. Mientras tanto, a ver si os dejo alguna reseña de algún libro que debería terminar rapidito o el cómo han ido las jornadas de puertas abiertas de Kiseki. Hasta entonces... A comerse las uñas o algo peor.