Bienvenidos/as a otro episodio más de mi vida privada. Esta vez, y a consecuencia de cierto hilo de mi ya excesivamente frecuentado foro de AU, pues os voy a mostrar mi habitación. Lo malo es que será a través de enlaces, y enlaces y enlaces de fotos. Será un recorrido bonito pero divertido, o eso espero. Trataré de no parecer muy aburrido (aún no le hincado los dientes al maldito libro...). En fin, comencemos.
Primero, mi habitación, o ese antro de pútrida perversión compartido con mi hermano (al que por cierto, le estoy petando su cuenta de photobucket con esta tontería... Pero bueno, somos hermanos). A lo que iba, que ésto es mi habitación. Un cuchitril bien iluminado, y con bastante roña por encima. Analicemos los sectores: la estantería y el póster de Mugen no Jounin (con mis libros de avance hacia historiador, revistas "White Dwarf" e "Historia y vida", y la bonita montaña de Might Max), las estanterías sobre mi cama (en las que tengo al Robot Jebi y al Zaku Pako, además de una buena colección de enciclopedias, los tomos de Gundam: the Origin, dvds a saco y una figurilla de Palas Atenea a la que rezo todas las noches para que me contagie algo de su saber popular). El conjunto de las restantes estanterías se reduce a ésto: un montón de libros y ciertos trastos, aparte de una buena colección de cómics, entre los que se encuentran unos tomos de Naruto para quien los quiera, están en venta; y las series que se sigue mi hermano, pero que ha dropeado o bien avanzan muy lentamente). Alcanzamos así el sector frente a mi cama, donde hay muchos libros gordos, tebeos de cuando era un ñajo de mierda, y sobre todo, mis tomos de One piece (que por ahora faltan unos pocos que tengo dejados) aparte de unas cuantas figuritas en la parte superior, de las que destaca el monster truck de los Street Sharks, que ha sido robado por el vil de Giñamón, armado con un rifle de asalto que creo que me econtré en el patio de mi colegio. Y ahora vamos con mi desaprovechada tele de no sé cuántas pulgadas y con TDT incorporado que no me deja enchufar la N64 porque la consola tiene euroconectores obsoletos o algo así. Y así llegamos a la estantería al lado del armario. Sí, ése Agumon deforme que me regaló Pactor (y al que por cierto aún no he quitado ni la etiqueta, y está ahorcado con una bandana de la villa oculta de la arena de los 20 duros) también me asusta, ahí, encima de las enciclopedias sobre historia de España. Destacar también los trastos de la guitarra elécrtica de mi hermano, las enciclopedias de arte universal y los táperes con los monigotes de Lego que usamos para las partidas de Aquelarrre (con poco éxito, puedo agregar). Y se me olvidaba el pedazo de póster que ya os enseñé del aniversario de la revolución rusa.
Y bueno, esto es todo respecto a mi habitación. Ahora, vayamos a lo que sí importa: la sala de máquinas, AKA la habitación del ordenador.
Para empezar, abrimos boca con las subnormalidades que surgen de nuestras pérfidas mentes: un dibujo de mi hermano basado en la fauna 4chan, y el moé aplicado a Bane (Haruhi sacerdotisa del señor negro rulz!). Y aquí tenéis mi RX-77, o sea, la cafetera de turno a pleno rendimiento, cosechando buena sustancia desde internet (maldito salvapantallas). Y la otra cafetera siendo acaparada por mi hermano. Pero ésta lee el .mp4, y eso ya le da puntos. Y ahora, todo lo que tengo al lado y encima, incluyendo ciertos libros de consulta (sí, la Biblia la tengo ahí para estudiar las interpretaciones artísticas tardorromanas, paleocristianas, medievales y prácticamente hasta la actualidad del arte occidental, así que es excusa suficiente). Y aquí, una montañita de obras de arte que llevaremos haciendo desde hará unos 7 u 8 años. Y los deberes, no nos olvidemos de los deberes ni los elementos de estudio... En fin, la vida de un historiador está basada en libros, libros, y más libros. Y ahora os presento mi pequeño feudo de la diversión. Sí, tenéis razón en vuestros pensamientos, si ya no la toco... Me divierte más ver esta escena durante horas. Y bueno, cintas de vídeo y discos a cascoporro, para qué no engañarnos (¡anda, el libro de Dragonlance que me dejaron!). Pues eso, para que veáis que yo tambiñen tengo mis arrebatos positivistas... Como esta comunidad del anillo, de mis tiempos de warhammero, y que está relativamente bien pintada; y que utilizo para despedirme hasta próximas actualizaciones.
Espero que mi antro os haya gustado, porque me he tirado un buen rato echando fotos, buscándolas, colgándolas y haciendo la entrada. Comentad aunque sea lo enfermo que estoy. Saluditos desde Granada.
viernes, 7 de diciembre de 2007
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3 comentarios:
No sirvas más que a Bane
Tomos de gundam por los que por cierto estás endeudado. Si quieres olvidamos a ese estupido de Solón para que el pago no sea tan complicado.
Pues sí que está algo desperdiciada la tele =/
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